Tristeza y nostalgia tras la confirmación de la noticia de la muerte del cineasta Alan Parker. El realizador tenía 76 años y de acuerdo a sus agentes de prensa luchaba desde hacía años con una compleja enfermedad.

Estuvo en Buenos Aires porque fueron los ojos detrás de Evita, la adaptación del musical de Andrew Lloyd Webber sobre la vida de Eva Duarte que contó con el protagonismo de Madonna y la participación de Antonio Baderas en el rol de Che Guevara. Para ese film, director y distinguido elenco rodaron durante varios días en Buenos Aires.

Además, podemos encontrar en su amplio historial del películas, títulos como Fama, Expreso de medianoche o Bugsy Malone, una parodia de las primeras películas de gángsters y de los musicales americanos. Este último film cuenta como su primer gran éxito, que le valió ocho nominaciones a los premios de la Academia Británica y cinco estatuillas, incluidos dos BAFTA para Jodie Foster.

Aunque desfiló por varios géneros en el séptimo arte, los musicales le deben una nueva mirada, ya que los tomó y supo guionarlos de manera notable.

Tuvo dos nominaciones a mejor director en los premios Oscar pero no alcanzó el gran reconocimiento de los premios de la Academia.

Sin dudas, el mundo del cine recuerda con una sonrisa su legado, el día de su fallecimiento.