En los últimos años la curaduría de APPLE TV en relación a las series es una de las más interesantes en cuanto a la calidad de lo que se ofrece, y creemos que tarde o temprano hará subir mucho la cantidad de suscriptores. Desde “Ted Lasso”, pasando por “For All Mankind”, “The Morning Show”, “Pachinko”, “Slow horses”, “Servant” y hasta llegar a esta verdadera joya llamada: SEVERANCE (Separación).

El año pasado en EL DIVISADOR DE SERIES instamos a visualizar una serie carcelaria que se encontraba perdida en la inmensidad de internet y que había sido comandada por el genial Ben Stiller, muy asociado a la actuación cómica y olvidado en un rol que domina a la perfección: la dirección (“Reality Bites”, “The Cable Guy”, “Zoolander”). Esta serie se llama ESCAPE AT DANNEMORA, está basada en un hecho real y tiene un triángulo actoral de excelencia: Patricia Arquette, Benicio Del Toro y Paul Dano. Casualmente Ben Stiller es productor de SEVERANCE y dirige seis de sus nueve capítulos de la primera temporada, y lo hace con elegancia y sabiduría.

Lo primero que se dice en SEVERANCE, el íncipit, es ¿Who are you? (¿quién sos?), nada mejor que empezar un hecho artístico con una pregunta, porque luego tenemos todo el recorrido para contestarla. Quiénes somos, se preguntará la serie a lo largo de todo su desarrollo. “Hamlet” de William Shakespeare comienza también con una pregunta Who’s there? (Quién está ahí?), como si la obra más representada a lo largo del tiempo en todas las geografías posibles se preguntara una y otra vez: quién está allí en la platea para verme hoy.

La serie nos ubica en un espacio atemporal que mezcla elementos del pasado con ideas del futuro. Las personas que trabajan en Industrias Lumon han dado su conformidad para realizarse una operación. Les introducen un chip. El procedimiento se llama separación, las cronologías de percepción son separadas quirúrgicamente para dividir los recuerdos laborales de la vida personal. Los recuerdos los dicta el espacio, no se pueden tener recuerdos personales mientras se está trabajando en el sótano de Industrias Lumon, ni recuerdos laborales en la vida privada personal en la superficie (en el ascensor el chip genera el cambio ya sea bajando o subiendo). Es una alteración completa e irreversible.

Un lugar en el que la capacidad de decisión de sus trabajadores se ve reducida a la mínima expresión, pues los mismos son tan solo versiones en blanco de sus yo exteriores que ignoran todo lo que ocurre y existe fuera de las oficinas.

Mark Scout (Adam Scott, en el mejor papel de su carrera), el protagonista, tiene una motivación del porqué decidió realizarse el procedimiento de separación: la muerte de su amada esposa. Mark dirige, recientemente, un equipo de dos personas en Lumon. La llegada de una nueva empleada, Helly (extraordinaria Britt Lower), al equipo de Mark, en substitución de un compañero que desapareció (y que será vital en la trama), le hará cuestionarse el sentido de su existencia en la empresa. Todxs viven dos vidas. La de su “outtie”, es decir, el ser que vive fuera de la empresa, con su vida normal. Y su “innie”, el que trabaja en la empresa y cuya experiencia vital se limita a lo vivido ahí dentro. Salen y entran y vuelven a entrar y a salir. Para ellos no hay sueño, no hay descanso ni pausa. Tan sólo una vivencia continua en la que nunca abandonan el trabajo.

La serie es tan buena que nos hace recordar autores, películas, otras series. En primer lugar aparece Kafka, un universo de protagonistas trabajadores de oficina atrapados en sistemas de poder y en burocracias infinitas, relatos plagados de humor y desolación. También podemos remitirnos al “Eterno retorno” nietzscheano, y de allí a las películas de Charlie Kaufman; desde “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos” pasando por “¿Quieres ser John Malkovich” hasta “Pienso en el final”. Las películas de Terry Gilliam también aparecerán en nuestro horizonte, en particular la conmovedora Brazil. En cuanto a series, si metemos en una coctelera Black Mirror, Lost (desde la construcción poliédrica de los personajes hasta la Iniciativa Dharma), Devs, Westworld y The office nos va a salir una SEVERANCE. Como verán, estamos hablando de una serie de las que pueden hacer historia.

La música exquisita es de Theodore Shapiro (colaborador habitual de Ben Stiller). La apertura de créditos perfecta de la serie la realizó el artista alemás Oliver Latta), a quien Ben Stiller encontró scrolleando en instagram y sorprendiéndose por su trabajo ()

Del Instagram de extraweg

Los extraordinarios planos cenitales (aquellos en los que el punto de vista de la cámara se encuentra en perpendicular con respecto al suelo) remarcan también la vigilancia a la que los personajes son sometidos en el trabajo, muestra su angustia o vulnerabilidad. El plano cenital es perfecto para mostrar que los personajes no tienen escapatoria. También generan efecto de aislamiento y soledad si situamos a los personajes en una ambientación muy grandilocuente, podemos empequeñecerlos. Esto lo vemos muy bien resuelto también en series como “The Handmaid’s Tale (El cuento de la criada)” o “Homecoming”.

Párrafo aparte merece el vínculo que establecen Iving (John Turturro) y Burt (Cristopher Walken) dos empleados de Lumon que entablan una relación narrada con ternura y actuada con maestría. Y no podemos olvidarnos de Patricia Arquette, como la “villana”, que vuelve a ponerse al servicio de la mirada de Ben Stiller y compone un personaje fundamental.

SEVERANCE tiene misterio, comedia, terror, drama y ciencia ficción.

Es una gran metáfora del horror que implica trabajar en entornos laborales tóxicos que pretenden aislar a lxs trabajadores y meterlos en burbujas; paleando sus respuestas al estrés, la tristeza, la fatiga y el aburrimiento con dinámicas de grupo y terapias que dan más miedo que el trabajo en sí. De ahí que sea tan relevante el aspecto visual de la serie, que se recrea en las simetrías y en una dirección artística medida con escuadra.

La serie también nos plantea una sociedad donde las personas están solas, muy solas, y por eso se someten a procedimientos en donde lo que está en juego es la memoria.

En una sociedad donde no existe la memoria es muy difícil que exista la democracia.

El guion es una maquinaria perfecta. Los giros nunca son forzados. Se toma su tiempo en los primeros capítulos y luego acelera hacia un climax final increíble que deja servida la posibilidad de más temporadas.

Traten de disfrutarla de manera pausada.

SEVERANCE es una joya. La mejor serie del 2022, lejos.