La cifra de muertos por una explosión en un ducto de la empresa petrolera mexicana Pemex en el centro del país aumentó a 107, mientras que otras 40 personas heridas permanecen hospitalizadas.

Todo comenzó el viernes pasado cuando un grupo de pobladores de Tlahuelilpan fracturó un ducto de hidrocarburo y empezó a sustraer con baldes y bidones la gasolina.

Tras unas dos horas, y pese a la presencia del Ejército mexicano, que poco pudo hacer para controlar la multitud de centenares de personas que se acercaron a recoger gasolina, se registró una fuerte explosión.