La decisión del gobierno nacional de dejar de lado la Dirección de Fabricaciones Militares y transformarla en una Sociedad del Estado no pasa desapercibida en sus empleados.

Desde Río Tercero, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) reclaman no haber sido consultados en una decisión “unilateral”, que significa “un retroceso” en el derrotero de luchas obreras, y sostienen que “no hay buenas expectativas” en el futuro Convenio Colectivo de Trabajo que los regirá.

Damián Albornoz, secretario gremial del sindicato, dijo que se conocía la intención oficial, pero que “nos enteramos anoche”, con la publicación misma del decreto que modifica la condición actual de las fábricas, presentes también en Fray Luis Beltrán y Villa María.

“Esto es un retroceso si analizamos la historia de Fabricaciones Militares: que en los ‘90 luchamos por mantenerla abierta, hasta 2001 para evitar la privatización y después con la recuperación que significó el logro de 2014, con el paso a dejar de estar ‘sujeta a privatización’”, le confió a radio Universidad.

Albornoz dijo que esta es “una nueva etapa” y que están “analizando el estatuto”, el cual “deja cuestiones que nos hacen ruido”.
Y argumentó: “El texto no tiene nada que ver con el avance de establecer un director obrero en la Sociedad del Estado. Esta era una garantía a sostener por nosotros, con la idea de estar en la discusión de un plan estratégico”.

A su vez, fue tajante: “El cambio jurídico debería ser determinado por el Congreso, siguiendo el mismo camino”.