El renovado Teatro del Libertador San Martín, de la ciudad de Córdoba, escenario de la apertura del Congreso Internacional de la Lengua (CILE), tuvo sus discursos inaugurales.

Entre ellos, pasó el Rey Felipe VI, que recordó el Congreso de 2004, realizado en Rosario, donde hubo “un cambio inesperado” y “los ciudadanos se adueñaron de él, popularizándolo”.

Valoró que en aquella ocasión, el CILE exceda a “los congresistas y las congresistas” de esa edición.

“El porvenir del español es un compromiso de todos, y depende de nosotros, las entidades civiles y la sociedad civil, asumirlo”, graficó.

En sus deseos, planteó la necesidad de “un Congreso lleno de éxitos”, pidió que “disfruten de este patrimonio común”, y levantó la voz, diciendo: “¡Viva nuestra Lengua, viva nuestra hermandad!”.

Definió a la palabra como “nuestro tesoro más precioso”, y adujo que Córdoba es “con toda justicia llamada la docta”.

Y prosiguió indicando: “Esta ciudad organizó el Congreso convencida de que será una experiencia enriquecedora. Estos congresos no han pretendido llevar la marca de científicos, sino que están abiertos de par en par a toda la sociedad. Su programa es una muestra del espíritu inclusivo, sumando cultura, educación, tecnología y emprendimiento”.

Reconocimiento a la Universidad Nacional de Córdoba

El monarca envió un saludo para la histórica casa de altos estudios pública de la ciudad capital, “conocida por responder a las exigencias de los tiempos”, que fue “adaptando los principios básicos de libertad de pensamiento y los nuevos horizontes sociales”.

Felipe agregó: “Le deseamos que en esa línea viva, crezca y florezca”.