Que Alberto Fernández no detiene su marcha, pese a la lejanía de una nueva campaña política rumbo a las elecciones generales, no es novedad.

Un camino que incluyó cónclaves varios con buena parte de los gobernadores, sindicalistas y empresarios hasta llegar al propio Marcos Galperín, de Mercado Libre, tiene como epicentro también la difusión mediática.

Un raid que se multiplica, y que por caso en Córdoba lo llevó a reconocer que el quiebre entre el kirchnerismo y el gobierno de Córdoba tuvo como eje el levantamiento policial de fines de 2013, que derivó en los saqueos.

Sua acercamientos, desde Sergio Massa hasta con el grupo Clarín (con entrevistas ‘amigables’ mediante) y su alejamiento explícito de la política de Venezuela lo distancian de la gestión kirchnerista.

En las últimas horas, volvió a reconocer que sostiene contacto con Eduardo Duhalde.

Quien fuera presidente desde inicios de 2002 hasta el cambio de mandato, el año posterior, tiene el reconocimiento del candidato que mayor cantidad de votos sacó en las PASO.

"Hablamos permanentemente con Eduardo. El día que hagamos la estatua del bombero tenemos que ponerle la cara de Duhalde, porque él apagó el incendio de 2001", indicó, no sin sorpresas.