Distendido, y a una semana de entregar el poder, el intendente de la ciudad de Córdoba, Ramón Mestre, brindó una entrevista exclusiva al programa Entre Nosotros Rebeca.

Allí, casi sin la responsabilidad de gestión, consideró que “no es común alguien que administre la ciudad tanto tiempo”, adujo que “me voy feliz y contento”, dejando “una ciudad mejor que la que recibí” y apuntó que su gestión “no fue medida con la misma vara”, apuntando a críticas en sus dos períodos que consideró desmedidas.

“Fueron a la crítica por la crítica misma. Nadie se animó a pararse ante los servicios que tenía la Municipalidad, como con las corporaciones gremiales. Ellas siempre van por más, quieren sacarle prebendas a los municipios. Yo llegué y tuve que echar 200 contratados; me llenaron la plaza con los camiones y tuve que salir con la juventud radical a levantar basura”, sentenció en el diálogo con Canal 10 y radio Universidad.

Le apuntó allí a la cuestión de la recolección de basura, valoró haber concursado el servicio, y de costado se anotó unos porotos, ante situaciones que generó con la UTA y el SUOEM.

Se defendió, a su vez, por las denuncias de nombramientos varios durante este período de transición: “No voy a permitir que me corran, ni por izquierda ni por derecha. Cuando entré había 14.233 empleados, están todos los antecedentes y documentos. Hoy quedan 11890; esto es un hecho inédito es noticia nacional. Pero mezclan todo. Hay 2400 empleados menos”.

Adujo que la gestión de Martín Llaryora “va a tener plata para pagar los sueldos” y que “los voy a sorprender cuando les de lo que hay en caja”, porque “soy prudente” y “no voy a hacer lo que me hicieron a mí”.

Remarcando sus obras, habló de que “en 8 años construí un laboratorio farmacéutico, cinco parques educativos, doce piletas y cinco polideportivos”.

Cuestionó haber gobernado con “un promedio de inflación del 50%” y dijo que el presidente Mauricio Macri “tenía una relación más aceitada con el gobernador” que con la capital.