El trastorno por déficit de atención e hiperactividad, más conocido como T.D.A.H., se ha convertido en la preocupación de muchos padres y muchas madres que no saben cómo encararlo. Para esto, la psicóloga Mariela Zachetti nos despeja algunas dudas y mitos de este trastorno.

En la actualidad y frente al consumo, muchas veces desmedido, de los dispositivos móviles por parte de niños/as y adolescentes, confundimos al T.D.A.H. con la atención dispersa o algo peor, no nos damos cuenta que se trata de un trastorno y lo minimizamos con la idea de "es porque está todo el día con el celular".

En épocas de pandemia, sin lugar a dudas todo esto se profundizó. Los más pequeños de la casa tuvieron que estar encerrados frente al caos provocado por el Coronavirus y el entretenimiento con las redes sociales fue una "salvación". Aunque esto haya provocado, en muchos casos, daños en la atención. 

El retorno a clases presenciales, la evaluación de los alumnos por parte de los profesores deja en claro que hay muchos problemas a la hora de retener información y concentrarse. Por eso es importante recurrir a un profesional y poder detectar a tiempo si se trata de un trastorno o no.

Mariela destaca en este capítulo de Historias de Nosotres, que la medicación no debería ser una solución rápida a este problema y considera que la comunicación, el diálogo nos lleva a encontrarnos con la verdad, la realidad que está atravesando el o la joven.

Pero la pandemia también ayudó a que muchos mayores pudieran ver, al ayudar a sus hijos/as a hacer las tareas, algunos inconvenientes en el momento de resolver lo propuesto por la escuela. Se considera que el T.D.A.H., en la mayoría de los casos, es hereditario y esto genera una cierta empatía entre padre/madre e hijo/hija.

De todas maneras, la información está al alcance frente a esta problemática, pero nunca debe ser reemplazada por la ayuda de un profesional dedicado al tema.