Fernando, Yair y Tomás, formaban parte de un grupo de amigos de barrio San Nicolás. Los tres fallecieron en distintas circunstancias, dejando un inmenso dolor y vacío entre sus familiares y cercanos.

Como una forma de tenerlos presentes, sus amigos de la barra decidieron dejar plasmado el rostro de ellos a través de un mural en una pared del barrio. Para eso, convocaron a Luciano y a Ricardo López, aerografistas cordobeses, que desplegaron su arte homenajeando a estos tres jóvenes.

El fanatismo por el grupo musical La Renga los inspiró para que, en esa misma pared, quedara grabada un fragmento de la canción Hablando de la Libertad.

Sin lugar a dudas, estos amigos alguna vez se eligieron, pero más aún, se abrazaron para siempre.