Decir una mala palabra en público en el Estado de Virginia (EE UU) suponía hasta ahora una multa de 250 dólares. Al menos, eso es lo que establecía una legislación vigente desde 1792 y que penaba a  las "palabrotas profanas" que se pronunciasen en público en el territorio. El gobernador del Estado, Ralph Northam, firmó el pasado día 6 de marzo la derogación de una ley que la mayoría de los congresistas consideró anticuada.

No es la única legislación que ha quedado abolida en los últimos meses. La misma multa de 250 dólares podía imponerse a las personas que mantuvieran relaciones sexuales fuera del matrimonio, una restricción que, aunque no fuera llevada a la práctica, seguía en el ordenamiento legal de Virginia y eso que el tribunal supremo del Estado la había considerado inconstitucional en 2005.

"Nadie debería pensar que puede ser perseguido por una práctica tan común", señaló el congresista Mark Levine, que presentó la proposición para derogar una norma que calificó de "victoriana". Lo más sorprendente del caso es que Levine  ya había presentado en dos ocasiones anteriores la propuesta de derogación, sin éxito.

JoAnne Sweeny, una profesora de derecho de la Universidad de Louisville, ha detallado que las leyes contra la fornicación se remontan a la época en que la costa Este era aún una colonia británica y que continuaron en aplicación hasta los años sesenta del pasado siglo, aunque decayeron dos décadas más tarde. A pesar de ello, no ha habido unanimidad en retirar la ley en la Cámara legislativa de Virginia: siete congresistas republicanos votaron que no y uno demócrata se abstuvo.

Detalle de color: a pesar de que también ya se había declarado inconstitucional, la legislación que penalizaba decir malas palabras en público también quedó abolida, aunque con menor consenso; 76 congresistas votaron por derogarla frente a 24 que optaron por que se mantuviera.