El coronavirus no deja de avanzar en todo el mundo día tras día. Países como Estados Unidos (74.799 fallecidos) y Reino Unido (30.076 víctimas) continúan siendo los más afectados. Pero teniendo en cuenta que en América Latina se han disparado los casos y muertes, llegando al total de 235.000 contagios y casi 14.000 fallecidos, las dudas comienzan a surgir: ¿Nuestros sistemas de salud están preparados para soportar la cantidad de damnificados por este virus? ¿Tendremos el mismo panorama que se vivió en Europa?

En esta última semana se ha observado un incremento progresivo en la curva de contagios diarios y fallecidos en los países de Latinoamérica, como Brasil, Chile, Colombia, Perú y México, los cuales se han vuelto nuevos focos activos de expansión de la pandemia. La Organización Panamericana de la Salud ya advirtió que en un futuro próximo continuará en aumento y que los gobiernos deben continuar presentes, instando a la población a cumplir con el confinamiento social y obligatorio, y no precipitarse con la flexibilización de estas medidas.

Ayer Brasil fue el segundo país en el mundo, detrás de Estados Unidos, con más fallecidos en 24 horas (667 víctimas), y Perú continúa ubicándose en el top 5 de naciones con más casos registrados diarios. Ecuador se encuentra en una situación crítica, ya que en las últimas horas se ha sospechado que el gobierno no ha oficializado, ni brindado datos a la Organización Mundial de la Salud, con lo que ha puesto en duda la veracidad de las cifras totales. Anteayer no se notificaron nuevos casos, ni tampoco ningún fallecido.

¿Latinoamérica podrá batallar esta curva en aumento?

A pesar de las advertencias y directrices tempranas de la OMS, muchos países no pudieron adherir y dirigir las políticas sanitarias por no contar con el respaldo económico, ni la infraestructura vital mínima para poder enfrentar al COVID-19. Hoy los más afectados por esta pandemia atraviesan esta mortal infección con una gran crisis económica.

Lo concreto es que la tasa de desempleo comienza a aumentar en toda la región y algunos gobiernos comienzan a plantearse una rápida flexibilización de las medidas para preparar una reapertura de mercados y comercios a modo de reactivar la economía, pero si esto sucede: ¿Cuáles serán las consecuencias?