Andrés Manuel López Obrador y Morena, el partido que sostiene a su Gobierno, mantienen su primacía en el tablero político de México, aunque hayan sufrido en la Cámara de Diputados. Los resultados del escrutinio rápido de las elecciones intermedias de yer, difundidos por el Instituto Nacional Electoral (INE) a las once de la noche del domingo, reflejan una caída del bloque oficialista (Morena y Aliados), que pasa de 313 escaños a 279, manteniendo en cualquier caso una holgada mayoría absoluta.

Al mismo tiempo, la alianza opositora conformada por el PRI, el PAN y el PRD aprovecharon el desgaste de la gestión de gobierno y pasaron de 136 bancas a 197 tras el descalabro de 2018.

Morena, según estos datos, se consolida como primera fuerza del país, arrebata el estado de Colima al PRI después de 92 años y, a falta de los resultados en gran parte de los 15 Estados en disputa, va camino de ampliar su poder territorial.

El partido de López Obrador tenía hasta ahora 256 de los 500 diputados. Sin embargo, la mayoría de esos escaños los obtuvo en el proceso de conformación de la Cámara en 2018 después del trasvase de sus aliados, el Partido Verde, el Partido del Trabajo y el PES. Este último está a punto de desaparecer, pero las alianzas le permitirán mantener la batuta de la agenda legislativa.

Quedó lejos de cumplirse la ambición del presidente de lograr una mayoría calificada, fijada en 334 escaños, dos tercios del total, un umbral necesario para acometer reformas constitucionales.

Comparativo elecciones 2018 vs 2021. Elaboración propia con datos oficiales INE
Comparativo elecciones 2018 vs 2021. Elaboración propia con datos oficiales INE

La autodenominada cuarta transformación de López Obrador extenderá su poder en el territorio, aunque los datos ratifican su fracaso en Nuevo León, una de sus principales apuestas. En el estado prevaleció el sentimiento regionalista norteño encarnado por Samuel García. El joven político de Movimiento Ciudadano está a punto de imponerse ante el aparato tradicional del PRI y Morena, cuya candidata, Clara Luz Flores, se desplomó tras conocerse, en marzo, la reunión que mantuvo con el líder de una secta condenado a 120 años en Estados Unidos.

Los resultados definitivos calibrarán la proyección de López Obrador, una figura omnipresente en el mapa político mexicano ante la descomposición de la oposición tradicional que se precipitó tras su victoria en las elecciones de 2018. La composición el Congreso, la proyección del partido oficialista y el reparto del poder territorial fijarán también la casilla de salida para las próximas presidenciales de 2024, que ya concentran todas las miradas en un país donde no hay reelección.

La participación, según anticipó el INE, rondó el 52%, un dato más que significativo para unas elecciones intermedias. En 2015, por ejemplo, fue solo del 48%. El consejero Ciro Murayama ha destacado que se trata del porcentaje más alto en lo que va de siglo.

Más de 93 millones de mexicanos estaban llamados a las urnas bajo la sombra de la violencia que ha convulsionado la larga campaña electoral, la más sangrienta de la historia, con alrededor de 800 casos de balaceras, secuestros y 36 asesinatos. El último, horas antes de la apertura de los colegios. Los episodios de violencia y las amenazas de las organizaciones criminales y los carteles, que han golpeado especialmente a candidatos locales de zonas rurales, no se detuvieron durante la votación. A lo largo del país se registraron disparos, quema de puntos de votación y robo de papeletas.

Si se confirmara ese escenario, la formación, que ya controla cinco Gobiernos territoriales y el de Ciudad de México, sumaría 16 Estados -en el caso de Baja California, repetiría-, la mitad de las entidades federativas del país. Mientras tanto, en el Congreso los partidos tradicionales de la oposición han demostrado una pobre capacidad de reacción. Lo mismo, en la capital, donde las fuerzas críticas con López Obrador se han impuesto en cuatro alcaldías ((distritos administrativos en los que está dividida la capital) decisivas: Miguel Hidalgo, Álvaro Obregon, Cuauhtémoc y Azcapotzalco. Logra mantenerse, en cambio, en Iztapalapa, la demarcación territorial más poblada de México.

Con estas premisas, este lunes comenzará la cuenta regresiva para la carrera electoral de 2024. Aunque se trate de una batalla a largo plazo, todos los ojos ya están concentrados en la segunda parte del mandato de López Obrador, en las disputas para la sucesión del presidente y en los planes de la oposición, que pese a haber aumentado su presencia en el Congreso carece de liderazgos fuertes.

Pero la lectura reposada de los resultados repercutirá sobre todo en el debate interno en las filas de Morena, donde la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, se perfilan como favoritos para recoger la posta como candidatos.