El gobierno de los Estados Unidos aprobó la primera vacuna del mundo para las abejas melíferas, lo que divide opiniones. Entre quienes se dedican a la apicultura crece la esperanza por la aparición de una nueva herramienta contra las enfermedades que atacan habitualmente las colonias melíferas. Pero también se presenta la preocupación por otra área de intervención y poder de las corporaciones sobre recursos naturales.

El Departamento de Agricultura (el USDA por su sigla en inglés) acaba de otorgar una licencia condicional para una vacuna creada por Dalan Animal Health, una empresa biotecnológica de Estados Unidos dedicada a la salud de las colmenas. 

El objetivo de la vacuna es proteger a las abejas de la enfermedad conocida como loque americana, la enfermedad bacteriana más grave que afecta a las abejas melíferas (Apis mellifera), originaria de los Estados Unidos pero con distribución cosmopolita en estos días.

El agente causal es Paenibacillus larvae, una bacteria gram positiva flagelada, cuya principal característica es la formación de esporas altamente resistentes. Este patógeno afecta la cría durante las etapas tempranas, siendo sus esporas la forma infecciosa.

Cuando no se detecta a tiempo y se procede a su control, puede conducir al colapso de la colonia entera y propagarse al resto del apiario. La enfermedad es considerada muy contagiosa; por lo tanto, es una patología de declaración obligatoria en la mayoría de los países, incluyendo el nuestro.

La enfermedad se introdujo en Argentina en 1989 y desde entonces se realizaron distintas investigaciones para controlar la enfermedad. Los primeros estudios se basaron en el empleo de antibióticos hasta que en 2016 se prohibieron debido a la aparición de casos de resistencia, dejando abierta exclusivamente la profilaxis como principal método de combate a la enfermedad.

“Nuestra vacuna es un gran avance en la protección de las abejas”, dijo Annette Kleiser, directora ejecutiva de Dalan Animal Health en el artículo del periódico The Guardian que aborda la cuestión. “Estamos listos para cambiar la forma en que cuidamos a los insectos, impactando la producción de alimentos a escala global”.

La vacuna se suministra agregándola a la jalea real con que las obreras alimentan a la reina, que al ingerirla adquiere no solo inmunidad propia sino la capacidad de producir larvas con inmunidad a medida que eclosionan.

Se especula con que esta vacuna puede ser la primera de una serie de alternativas destinadas a otras enfermedades de las abejas, incluida la versión europea de la loque.

Polinización forzada

Existen más de 20 mil especies de abejas silvestres que brindan servicios de polinización esenciales para la reproducción de cientos de miles de especies de plantas, y que también son fundamentales para la productividad de alrededor del 85 por ciento de los cultivos.

El 85% de los cultivos del mundo dependen de la polinización por insectos para completar su ciclo. Imagen: Conicet / Investigadores Inibioma

Una investigación reciente del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-UNCOMA), llegó a la conclusión de que entre 1946 y 2015 en todo el mundo, el número promedio de especies de este grupo de insectos polinizadores a nivel global está en descenso desde los años ‘90.

Esto se debe a que muchas especies de abejas silvestres se encuentran en un declive alarmante debido a la pérdida de hábitat, el uso de pesticidas y la crisis climática, lo que alimenta la preocupación sobre una crisis global por el impacto en los ecosistemas, sobre la seguridad alimentaria y en la salud humana.

Los Estados Unidos son particularmente dependientes de colonias de abejas melíferas, con colmenas transportadas en camiones de manera rutinaria por todo el país para polinizar cultivos que dependen de las abejas para completar su ciclo, como las almendras y los arándanos.