El inicio de la auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA), para aclarar si existió fraude en las elecciones que dieron por vencedor al presidente Evo Morales, coincidió este jueves con llamados a la calma en Bolivia, tras fallecer dos personas en la ola de violencia que atraviesa el país.

Hay que “empezar a pacificar Bolivia”, proclamó el presidente en una esperada comparecencia en la sede de Gobierno en La Paz, donde llamó tanto a sus afines a levantar los bloqueos en las carreteras como a los opositores a que cesen los paros ciudadanos de protesta contra él.

“No nos enfrentemos entre bolivianos”, insistió después de que la noche anterior fallecieran dos personas en enfrentamientos entre partidarios y detractores del mandatario, las primeras víctimas mortales desde el estallido de violencia tras las elecciones del 20 de octubre.