En Brasil, se encienden todas las alarmas, tras el agravamiento de la crisis sanitaria por los aumentos de contagios diarios y la saturación y colapso de camas de terapia intensiva en los hospitales, tanto del sector público como privado.

En la jornada de ayer, la cantidad de nuevos contagios llegó a los 70.764, superando la cifra de casos diarios en EE.UU, mientras que se produjeron 1972 muertes, una cifra que superó el récord de la semana pasada.

De esta manera, el vecino país superó los 11 millones de contagios desde el comienzo de la pandemia, período en el que se registraron 268.370 fallecimientos.

Mientras eso sucede, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, insiste en minimizar los efectos devastadores de la enfermedad, y rechazar las medidas de prevención indicadas en todo el mundo para estos casos, como cuarentenas y restricciones a la circulación, lo que ha generado enfrentamiento con muchos gobernadores, que toman medidas en contrario.

Es el caso de San Pablo, el estado más poblado del país, donde su mandatario tomó medidas restrictivas en lo referido a la circulación para mitigar el aumento exponencial de casos y advirtió por el colapso de camas de terapia intensiva, que padece el sistema hospitalario.

En ese estado, 11 personas murieron sin poder acceder a una cama en Taboao da Serra, una ciudad de 300 mil habitantes en las afueras del cordón industrial.

La secretaria adjunta de Salud de la ciudad, Thamires May, expuso el cuadro de situación al señalar que "tenemos a 11 pacientes intubados, 16 esperando transferencia vía Cross (el sistema para transferir pacientes a otros hospitales del estado) y 11 fallecidos; desgraciadamente, esos 11 fallecidos estaban esperando una plaza en cuidados intensivos".

La situación de colapso de las camas de terapia intensiva, se repite en otros estados como Mina Gerais y Santa Catarina, donde se debieron derivar pacientes contagiados de Covid_19, en aviones sanitarios, hacia otras regiones.