La cuna de las aplicaciones de transporte enfrenta un gran cambio de paradigma. El estado de California debate un proyecto de ley que propone que los conductores de la aplicación Uber y Lyft sean clasificados como empleados de las compañías.

Esto es un grave golpe al fenómeno denominado "uberización de la economía" donde las personas ofrecen sus servicios "libremente" a través de plataformas virtuales. 

Tanto Uber como Lyft se oponen al proyecto de Ley 5 del Senado Estatal de California. Como contraoferta, presentaron una propuesta intermedia para beneficiar a los trabajadores.

Las compañías proponen el pago extra de 21 dólares la hora (solamente cuando se está de viaje), licencias por enfermedad, viáticos y días libres. También prometieron tomar medidas para "empoderar" y dar voz a los conductores, una respuesta a los que reclaman la conformación de un sindicato de conductores de aplicaciones.

Además, lanzarán una iniciativa para que los conductores de apps tengan una clasificación "sui generis" para que puedan tener algunos beneficios pero que no sean considerados empleados.