“Nuestro pollo luce, se cocina y tiene sabor a pollo, porque es pollo de verdad”.

Con este lema se presenta en su web la compañía Upside Foods, la primera compañía en obtener aprobación de la exigente Food and Drug Administration (FDA), autoridad regulatoria de los alimentos y fármacos en Estados Unidos, para la primera carne de pollo producida sin pollos. O sea, más allá de la evidencia sensible, nunca ese pollo fue pollito.

Para ser precisos, deberíamos decir, que se obtiene a partir de unas pocas células primarias de pollo o de huevos fecundados. Lo que si es completamente cierto es que para comer estas pechuguitas no hay establecimientos de cría, ni gallinas hacinadas, ni manejo de los excrementos, ni moscas invasoras, ni nada que se parezca remotamente a un criadero.

Más bien, en una instalación futurista con grandes recipientes de cultivo, en los que en controladísimas condiciones, con millones de relojitos y sensores, las células originalmente seleccionadas se transforman en presas de pollo que se elaboran con la forma que se desee porque la carne cultivada adopta la forma del recipiente en que se produce.

Son los primeros, pero no serán los últimos

La propia FDA en su sitio oficial informa que el cultivo de células de animales vivos para crear alimentos a partir de su cultivo “es un área emergente de la ciencia de los alimentos”.

También advierte que “los avances en la tecnología de cultivo celular están permitiendo a los desarrolladores de alimentos utilizar células obtenidas de ganado, aves, mariscos u otros animales en la producción de alimentos” y que está “trabajando con los fabricantes para garantizar que estos productos cumplan con todos los requisitos aplicables” de la reglamentación estadounidense.

La advertencia viene a cuento de que “no sólo de pollo vive el hombre”: también hay iniciativas para producir carne sin vacas y “pescado sin peces”. Esta última es una fuerte tendencia en la industria pesquera, en la que se han establecido proyectos para producir “mariscos alternativos” y pescado con compañías en auge en California, algunas con respaldo de famosos como Leonardo DiCaprio.

Parece salmón, pero no usaron ni anzuelo ni red para llevarlo al plato. Imagen: wildtypefoods.com
Parece salmón, pero no usaron ni anzuelo ni red para llevarlo al plato. Imagen: wildtypefoods.com

El proceso de aprobación

Técnicamente lo que ocurrió el pasado 16 de noviembre es que la FDA completó lo que se denomina “Consulta Previa”, un trámite que no es la aprobación para su comercialización, pero que allana el camino que falta. Incluye la evaluación del proceso de producción de la empresa y el material celular cultivado elaborado por el proceso de producción, incluido el establecimiento de líneas celulares y bancos de células, controles de fabricación y todos los componentes e insumos.

La propia FDA explica en su comunicado que “después de nuestra cuidadosa evaluación de los datos y la información compartida por la empresa, no tenemos más preguntas en este momento sobre la conclusión de seguridad”.

Básicamente lo que se dice allí es que las autoridades consideraran que un producto cárnico derivado de células animales en cultivo es seguro para el consumo humano, algo que hasta hoy solo tenía como precedente la aprobación en Singapur de carnes cultivadas para consumo.

La empresa deberá antes de poder comercializar el producto cumplimentar la inspección del departamento de agricultura (USDA) y estar debidamente regulado y etiquetado.

Las perspectivas

La producción mundial de alimentos es responsable de un tercio de todos los gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por la actividad humana, y la cría de animales para carne es responsable de la mayor parte de esta proporción. Los pastos y las tierras de cultivo ocupan alrededor del 50 % de la tierra habitable del planeta y utilizan alrededor del 70 % del agua dulce.

Por eso en todo el mundo hay conciencia sobre la necesidad de pensar modos alternativos de alimentar a los 8000 millones de habitantes del planeta en base a procesos compatibles con el ambiente. Allí puede encontrarse razón a la aprobación que Europa acaba de dar a las harinas de gusanos como alimento humano.

Y de allí que estas nuevas industrias de “carnes de probeta” puedan posicionarse como alternativas respetuosas del medio ambiente y de los problemas de bienestar animal en la ganadería industrial.

Así lucen las "pechuguitas" de Upside Foods. En breve estarán en el mercado. Imagen: Upside Foods
Así lucen las "pechuguitas" de Upside Foods. En breve estarán en el mercado. Imagen: Upside Foods

Hoy se registran por lo menos 150 empresas de carne cultivada en todo el mundo y el sector viene recibiendo miles de millones de dólares en inversiones, según el Good Food Institute.

Pero la cuestión principal a tener en cuenta es cómo responderán los consumidores a las “carnes de laboratorio”.  Ya están en el mercado diferentes sustitutos de los alimentos tradicionales como los sustitutos de carne y queso vegetales, los quesos de cultivo y otras iniciativas que reciben muchos elogios pero por ahora no impactan significativamente en el consumo.

Será crucial el apoyo o la intervención que pueda tener la legislación alentando estos consumos alternativos o “penalizando” los tradicionales, como la reciente prohibición a la publicidad de carnes que se dio en Holanda.