La provincia china de Henan, que colinda con la de Hubei, donde se originó el brote de coronavirus que ha dejado ya más de 43.800 muertos en todo el mundo, ha tomado este miércoles la drástica decisión de cerrar por completo el condado de Jia ante el temor a una segunda ola de contagios de Covid-19.

Las medidas introducidas en la zona, donde residen alrededor de 600 mil habitantes, incluyen toques de queda, especialmente en la ciudad de Pingdingshan, donde se ha impuesto la cuarententena obligatoria. 

Según apunta Europa Press, los residentes necesitan autorización para realizar "cualquier tipo de movimiento" fuera de sus casas ahora que China ha comenzado a registrar un descenso de los contagios tras meses de restricciones (este miércoles 36 casos, todos menos uno importados, y siete fallecidos).

Además se les tomará la temperatura antes de realizar cualquier desplazamiento. El objetivo evitar un rebrote del coronavirus en el país.

Todos los comercios y negocios del condado se han cerrado a excepción de las tiendas de alimentación, farmacias, gasolineras, hoteles y hospitales. Y los coches solo podrán circular en días alternos dependiendo de las matrículas.