Investigadores australianos afirman que han creado una versión del virus cultivada en laboratorio que, según ellos, será un activo vital en los esfuerzos internacionales por contener la enfermedad. Así, el organismo puede ser analizado en un ambiente controlado.

"Además de las técnicas moleculares que podrían utilizarse en el desarrollo de vacunas y medicinas, el virus puede ser utilizado en la evaluación de la eficacia de las vacunas, en particular, y de las medicinas. También nos permite crear una prueba de anticuerpos de primera generación", afirma Mike Catton, científico del Instituto Peter Doherty para la Infección y la Inmunidad.

El trabajo de los científicos australianos puede ser un estímulo para los investigadores chinos que tratan de desarrollar una vacuna; remedio que tardará varias semanas en estar listo para poder usarlo con garantías.

"Desarrollar una vacuna conlleva un proceso. La cepa del germen se cultiva ahora a través de la cepa celular. Por lo tanto, costará alrededor de un mes obtener la cepa de la vacuna. Después de eso, son necesarias unas dos semanas para probarla. Y, después de este período, habrá que esperar un mes y medio, aproximadamente, para obtener la aprobación final", señala Li Lanjuan, jefe del Laboratorio Estatal Clave para el Diagnóstico y Tratamiento de Enfermedades Infecciosas

Entretanto, China concentra su atención en el epicentro del brote. Las autoridades envían suministros médicos esenciales a Wuhan con la esperanza de que cambie la tendencia en la ciudad donde surgió el coronavirus.