El argentino detenido en Perú por dañar a la ciudadela inca de Machu Picchu, Nahuel Gómez, fue sentenciado a tres años y cuatro meses de prisión en un juicio abreviado en aquel país.

A pesar de la condena, Gómez podrá regresar a la Argentina. Antes deberá pagar una multa de 1.860 dólares por los daños provocados. Cuando regrese, deberá cumplir ciertas normas de conducta y concurrir mensualmente al consulado peruano en Salta durante dos años para reportar sus actividades.

La ley peruana permite la excarcelación de los condenados sin antecedentes cuando la sentencia es menor a cuatro años. Si incumpliera los términos, sería encarcelado.

Durante el juicio, Gómez se declaró culpable por los daños causados y se mostró de acuerdo con lo dispuesto por el tribunal unipersonal de la jueza Melody Contreras. En la sentencia, la magistrada expresó que lo condenó por el delito de "afectación al patrimonio cultural de la Nación en su modalidad de destrucción de bienes prehispánicos".

Otros cinco turistas extranjeros también fueron detenidos en ocasión del daño, que ocurrió el 12 de enero. Dos argentinos, un chileno, un brasileño y una francesa fueron deportados el 16 de enero y no pueden reingresar a Perú por 15 años. Se prevé que a Gómez se le aplique la misma restricción.

Los seis turistas habían sido detenidos en una zona restringida de Machu Picchu, a donde ingresaron sin pagar entrada. Gómez admitió haber extraído una piedra, que cayó de un muro de seis metros y provocó daños en el piso del Templo del Sol, dedicado a la mayor deidad de los incas. En su momento, el jefe de ese parque arqueológico, José Bastante, lamentó lo ocurrido: "El daño causado es invaluable. Se ha roto la integridad de Machu Picchu", declaró.