Punta del Este es, esencialmente, una playa. Un balneario que se asocia, al menos en Argentina, con muchas y diversas cosas, pero seguramente nunca con la trabajosa tarea de poner fin a la contaminación mundial de los plásticos.

Pero a partir del 28 de noviembre pasado es probable que se la asocie como la ciudad en donde delegaciones de gobiernos, empresas y organizaciones sociales de todo el mundo pudieron comenzar a ponerse de acuerdo sobre cómo combatir el problema en que los plásticos se han transformado para el ambiente.

Durante toda la semana que transcurre hasta mañana, 2 de diciembre, un nutrido y diverso conjunto de participantes comenzaron a desarrollar un instrumento internacional jurídicamente vinculante para acabar con la contaminación plástica, incluso en el medio ambiente marino, un documento que debería alcanzar su versión definitiva en 2024.

La primera sesión de este Comité Intergubernamental de Negociación (INC), conocido como INC-1, se produce nueve meses después de que representantes de 175 países respaldaran una resolución histórica sobre la contaminación plástica en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Los países encargaron al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que convocara y gestionara este proceso INC.

La resolución se produjo en medio de una creciente crisis plástica que, según los expertos, amenaza el medio ambiente, la salud humana y la economía. Las investigaciones muestran que la humanidad produce alrededor de 460 millones de toneladas de plástico al año y, sin una acción urgente, esto se triplicará para 2060.

Según un estudio del PNUMA, más de 14 millones de toneladas de plástico ingresan y dañan los ecosistemas acuáticos anualmente. Se espera que las emisiones asociadas a la producción y consumo de plásticos representen el 15 por ciento de las emisiones totales permitidas para 2050 si la humanidad quiere limitar el calentamiento global a 1,5 °C.

“La ciencia es clara: necesitamos una acción global rápida, ambiciosa y significativa para frenar la contaminación plástica”, dice Jyoti Mathur-Filipp, Secretaria Ejecutiva de la Secretaría de Contaminación Plástica del INC en la comunicación oficial de la ONU sobre el tema.

“En INC-1 podemos sentar las bases necesarias para implementar un enfoque de ciclo de vida para la contaminación plástica, lo que contribuiría significativamente a poner fin a la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad, y la contaminación y los desechos”.

Hacia un enfoque de ciclo de vida

Los expertos dicen que el reciclaje por sí solo no puede acabar con la contaminación plástica y que la humanidad necesita consumir y producir menos material. Eso ha llevado a lo que se conoce como “Enfoque del Ciclo de Vida”. Junto con la gestión de los desechos plásticos y la promoción de la reutilización, esta mirada examina cómo se diseñan, producen y distribuyen los productos para lograr que se reduzca la cantidad de plástico utilizado y desechado desde la propia concepción del artículo.

Forman parte de este análisis dejar de utilizar los plásticos que no pueden reciclarse (por ejemplo, los sachets de capas múltiples que se usan en los aderezos), la eliminación de contaminantes que reducen la calidad de reciclado o el diseño que prevea la reutilización, solo por poner algunos ejemplos.

“Nuestra salida de la crisis de contaminación por plástico no es el reciclado o la prohibición”, dice Sheila Aggarwal-Khan, Directora de la División de Economía del PNUMA. “La recolección y el reciclaje de desechos son extremadamente importantes, pero deben ser parte de un enfoque integrado”.

Según un informe del PNUMA, enfocarse en el análisis del ciclo de vida de cada pieza plástica puede reducir el volumen de plásticos que ingresan al océano en más del 80 % y ahorrar a los gobiernos  70.000 millones de dólares para 2040. También puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 25 por ciento y crear 700.000 puestos de trabajo.

Qué esperar de la INC-1 en Punta del Este

Los negociadores de la INC-1 tienen la tarea de preparar medidas y obligaciones relacionadas con el desarrollo del tratado jurídicamente vinculante, es decir un tratado que los estados estén obligados a hacer cumplir dentro de sus jurisdicciones.

La secretaría del INC ha preparado un análisis de problemas que giran en torno a cuatro áreas principales necesarias para la transición a una economía circular:

  • Eliminar y sustituir plásticos innecesarios y aditivos peligrosos
  • Diseñar productos plásticos para ser reutilizados y reciclados
  • Garantizar que los productos se reutilicen y reciclen
  • Gestionar la contaminación plástica de una manera ambientalmente responsable.

En el núcleo de la discusión estarán las posibles medidas a adoptar, que incluyen legislación de responsabilidad extendida del productor, cómo administrar subvenciones, impuestos y aranceles y las restricciones que deberán aplicarse sobre los materiales que se utilizan en la confección de artículos plásticos.

Foro paralelo y cuestionamientos

Junto con la reunión INC-1 en la que participan delegaciones oficiales, el PNUMA organizó en los días previos un foro abierto de múltiples partes interesadas de la cadena de valor del plástico, con alrededor de 1800 participantes, para identificar oportunidades y desafíos clave.

Al igual que ocurre con las cumbres del clima, se debate aquí si deben participar las grandes empresas que son responsables primarias de la contaminación plástica.

Muy gráfica fue la expresión, durante la COP27 de Phillip Jakpor, un nigeriano que trabaja para la ONG Public Participation Africa: “Si quiere luchar contra la malaria, no invite a los mosquitos”.

Christina Dixon es líder de la campaña oceánica en la Agencia de Investigación Ambiental, ONG con sede en Reino Unido; en el foro abierto dijo: "No podemos permitir que los productores de plástico tomen el control de este proceso mientras las comunidades vulnerables luchan por el acceso equitativo y por hacer que se escuchen sus voces en estos espacios".

En contrapartida, Russell Mahoney, vicepresidente de asuntos públicos, comunicaciones y sustentabilidad de Coca-Cola para el Sudeste Asiático y Oceanía, dijo que la cuestión de si las grandes multinacionales deberían participar en las conferencias ambientales era "difícil", pero sugirió que la respuesta era "no excluir a una parte significativa de las personas que pueden ayudar a solucionar el problema".

“Empresas como Coca-Cola y otras grandes multinacionales tienen que estar ahí escuchando las soluciones que se están ofreciendo. Tenemos que tener un asiento en la mesa para que podamos ofrecer nuestra experiencia y conocimientos. No creo que excluir a nadie, ya sea una multinacional o cualquier otra persona, sea el camino correcto a seguir”.

Cómo sigue

El cronograma propuesto incluye cuatro reuniones más del INC hasta noviembre de 2024; el PNUMA informará sobre el progreso del INC durante la sexta sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en febrero de 2024.

Una vez que se completen las negociaciones del INC, el PNUMA convocará una conferencia diplomática para adoptar el instrumento y abrirlo para que las naciones lo ratifiquen.