El presidente Trump abre un nuevo frente en medio de la crisis del coronavirus: el Congreso. En su rueda de prensa de este miércoles, amenazó con suspender las dos Cámaras del Capitolio para poder forzar el nombramiento de cargos a los que los demócratas se oponen, eludiendo la obligatoria aprobación del Senado.

Trump acusa al Congreso de “obstruir” su competencia de nombrar jueces y otros cargos al continuar celebrando sus sesiones pro forma. ”Si no podemos actuar para nombrar a esa gente que necesitamos, y que necesitamos especialmente por la pandemia, voy a hacer algo que preferiría no hacer”, advirtió.

Se trata de un poder constitucional que ningún presidente ha utilizado nunca. Según la sección 3 del artículo II de la carta magna, “en ocasiones extraordinarias” el presidente puede “suspender las dos cámaras, o alguna de ellas, en caso de desacuerdo entre ellas con respecto al momento de la suspensión”. Para que pudiera hacerlo Trump, por tanto, el Senado y la Cámara de Representantes, de mayoría republicana el primero y demócrata la segunda, deberían estar en desacuerdo sobre los plazos de la suspensión.

Durante su comparecencia diaria ante los periodistas, que este miércoles se ha celebrado en los jardines de la Casa Blanca, Trump acusó a los senadores demócratas de bloquear sus nombramientos. Lo cierto es que hay 165 vacantes en cargos del Gobierno federal que requieren la confirmación del Senado, según un recuento de The Washington Post y la ONG Asociación Para el Servicio Público. Para 150 de ellas, Trump no ha designado a nadie y solo 15 están pendientes de confirmación por parte del Senado.

Estos días, debido a las directrices de distanciamiento social para frenar la propagación del coronavirus, el Senado está de facto en descanso, pero permanece formalmente abierto, en sesiones pro forma, lo cual impide al presidente eludir el proceso de confirmación de sus nombramientos. “La práctica actual de irse [los senadores] de la ciudad mientas llevan a cabo impostadas sesiones pro forma es una negligencia en el cumplimiento de su deber que el público estadounidense no se puede permitir durante esta crisis. Es una estafa”, dijo Trump.

Los legisladores de las dos cámaras del Congreso planean volver a Washington el 4 de mayo. Llevan fuera de la ciudad desde mediados de marzo, debido a la pandemia, aunque en circunstancias normales también habrían parado durante dos semanas de abril por las vacaciones de Pascua. Como se suele hacer durante los descansos del Congreso, vienen celebrado sesiones pro forma: breves reuniones en las que un legislador abre la sesión y la cierra apenas un minuto después. Mientras las sesiones se celebren al menos formalmente, el presidente no puede proceder con sus nombramientos eludiendo el visto bueno de los legisladores.

El presidente reconoce que, de cumplir su amenaza de suspender el Congreso, desataría con toda seguridad una batalla judicial, que podría demorarse durante meses. “Probablemente seremos desafiados en los tribunales”, ha dicho, “veremos quién gana”.