Las autoridades de Ibiza, en España, buscan la contratación de espías extranjeros para infiltrarse en las "macrofiestas" realizadas en la isla, a pesar de estar absolutamente prohibidas durante la pandemia.

Las famosas discotecas de esta isla del Mediterráneo español sinónimo de fiesta y playa están cerradas desde hace un año y medio. Los bares deben cerrar sus puertas a la una de la mañana. Sin embargo, la marcha nocturna se ha colado por grietas de difícil acceso: domicilios privados en zonas rústicas que la policía no puede inspeccionar sin una orden judicial debido a una laguna legal que no tardó en ser descubierta.

"Son grupos profesionales que han venido de fuera para suplir la falta de ocio nocturno que utilizan el subterfugio de hacerlo en viviendas para que la policía no se atreva, no pueda o no esté segura de poder acceder a estas casas", explica Mariano Juan Colomar, Vicepresidente del Consejo de Ibiza.

El número de estas fiestas privadas se ha disparado en las últimas semanas en Ibiza y parece estar detrás del incremento en los contagios diarios de Covid-19.

La tarea de los espías o detectives privados que quiere contratar el Gobierno isleño consistirá en averiguar dónde y cuándo se celebrarán para avisar a tiempo a la policía.

El perfil buscado es el de extranjeros de entre 30 y 40 años capaces de infiltrarse y pasar desapercibidos. Las multas por organizar fiestas ilegales en las Baleares oscilan entre los 100 mil y los 300 mil euros.

Fuente: Euronews.