La UE desperdicia más alimentos de los que importa y podría morigerarse la inflación del sector simplemente frenando el desperdicio en las granjas, según un informe que acaba de publicar la ONG Feedback EU, una organización sin fines de lucro centrada en la promoción de las reformas que el sistema alimentario mundial debe sufrir para mitigar el impacto ambiental.

Cada año la Unión Europea tira a la basura unos 153 millones de toneladas de alimentos, el doble de las estimaciones anteriores y 15 millones de toneladas más (casi un 10%) de todos los alimentos que el bloque importa, según las estimaciones del estudio.

Un cálculo rápido indica que esa cantidad de alimentos desperdiciados permitiría alimentar a unos 500 millones de personas cuando las cifras oficiales estiman que el total de personas con hambre en el mundo son unos 820 millones.

Como ejemplo de la desproporción de esta cultura del sobre-consumo y el desperdicio el informe pone de relieve que solamente considerando el trigo, la cantidad desperdiciada por la Unión Europea equivale aproximadamente a la mitad de todas las exportaciones de trigo de Ucrania, el quinto exportador mundial de este cereal.

Frank Mechielsen, director de Feedback EU, que produjo el estudio, dijo a The Guardian en el artículo en que difunde el informe: “En un momento de altos precios de los alimentos y en medio de una crisis del costo de vida, es un escándalo que la UE esté tirando más alimentos de los que importa. La UE tiene ahora la gran oportunidad de establecer objetivos legalmente vinculantes para reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030 para abordar el cambio climático y mejorar la seguridad alimentaria”.

Aunque hay una moderada caída en los últimos meses, en agosto de este año los precios mundiales de los alimentos resultaron un 8% más altos que hace un año, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), aumento que se atribuye principalmente a la guerra en Ucrania.

El trigo, el maíz y la soja superaron este año incluso los récords establecidos en el punto más crítico de la crisis financiera mundial de 2008, cuando quedaron acoplados a los precios del petróleo. Los analistas estiman que los precios se mantendrían altos, aún después de que termine la guerra entre Rusia y Ucrania debido a la situación energética y la situación de los fertilizantes, a lo que suman la incertidumbre del cambio climático.

Olivier De Schutter, copresidente del Panel Internacional de Expertos en Sistemas Alimentarios Sostenibles y relator especial de la ONU sobre pobreza extrema y derechos humanos, señala en el mencionado artículo que el problema es que a la industria agroalimentaria le resulta más ventajoso el desperdicio que la eficiencia.

“En ambos extremos de la cadena alimentaria [la granja de producción y el plato de consumo] es costoso reducir el desperdicio y es rentable venderle a la gente más alimentos de los que necesitan”, apunta.

Bruselas discute una una propuesta que se presentará a finales de este año para establecer los primeros objetivos legalmente exigibles del mundo en cuanto a desperdicio de alimentos. Y por eso es oportuno el llamamiento que hace Feedback EU junto con 43 organizaciones verdes sin fines de lucro que la respaldan: proponen una reducción del 50% en el desperdicio para 2030.

Lo cierto es que la gran mayoría de los países del mundo se habían comprometido a reducir a la mitad el desperdicio de alimentos cuando se establecieron los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODSs). Casi 10 años después prácticamente nada se ha avanzado en el tema y los países de mayor poder adquisitivo son los principales responsables del desperdicio.

La cultura del consumo, privilegia la comodidad a la sostenibilidad.

Lo forma de medir el desperdicio

La Oficina Europea de Ambiente (EEB por sus siglas en inglés) quiere que se establezcan medidas legales para reducir el desperdicio a lo largo de toda la cadena de suministro de alimentos, incluida la producción, el procesamiento y los servicios de alimentos.

Aún no se han publicado datos de referencia oficiales de la UE para el desperdicio de alimentos en las granjas en 2020, pero el nuevo estudio utilizó cálculos del índice de desperdicio de alimentos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y un estudio de WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza, la organización de conservación líder en el mundo con presencia en más de 100 países), ambos de 2021.

El informe estima alrededor de 90 millones de toneladas de desperdicio de alimentos durante la producción primaria, tres veces más que los desperdicios domésticos. La mayor parte de este desperdicio no se registra, ya que hasta el presente las mediciones de residuos de la UE no incluyen los alimentos que quedan sin cosechar, sin usar o sin vender en las granjas.