Ecologistas lanzaron protestas contra un petrolero ruso que transportó petróleo a Nueva York, en medio de una oleada de importaciones de petróleo a los Estados Unidos antes de que entre en vigor la prohibición sobre el petróleo y el gas provenientes de Rusia.

Activistas de Greenpeace partieron en dos barcos para interceptar el petrolero Minerva Virgo el martes por la mañana cuando se disponía a descargar su cargamento en el puerto de Nueva York. Activistas de la ONG desplegaron una pancarta que decía "Guerra de combustibles petroleros" frente al petrolero de 50,000 toneladas; ya se habían enfrentado a este barco de bandera griega el domingo pasado cuando se dirigía al puerto.

“Las compañías de petróleo y gas, que son responsables de que los precios de la nafta se disparen, son las mismas compañías que están alimentando los conflictos y la muerte en todo el mundo”, dijo Anusha Narayanan, directora de la campaña climática de Greenpeace USA, que estaba en uno de los pequeños botes que desafiaron al buque tanque. “Un futuro más pacífico, habitable e igualitario depende de romper nuestra adicción a los combustibles fósiles, que son los que provocan los conflictos”.

La protesta tenía como objetivo resaltar cómo EE. UU. continúa importando petróleo de Rusia después de la decisión de Joe Biden del 8 de marzo de prohibir la entrada de petróleo y gas de Rusia en lo que el presidente de EE. UU. llamó un “poderoso golpe a la maquinaria de guerra de Putin”.

La Casa Blanca permitió un período de gracia de 45 días para las importaciones de petróleo después del anuncio, lo que significa que los barcos que traen combustibles fósiles de Rusia no podrán atracar en los puertos estadounidenses a partir del 22 de abril. Algunas compañías petroleras han decidido "autosancionarse" y desistieron de tomar productos de Rusia, pero las excepciones las encabeza Shell, que compró un envío de petróleo ruso con grandes descuentos; eso sí, inmediatamente después de cerrar el trato emitió una “disculpa” pública por hacerlo.

El “período de gracia” establecido por Biden registra un exceso de actividad, como lo demuestra  un rastreador de Greenpeace que evidencia docenas de envíos de petróleo ruso dirigiéndose a los Estados Unidos y Europa. Al menos una docena de petroleros que han salido de puertos rusos han descargado en EE. UU. o están a punto de llegar.

Esto incluye el Kronviken, un petrolero de crudo anclado cerca de Houston, el Riverside, otro petrolero de crudo que se dirige a Florida, y el Balla, un petrolero con destino a Los Ángeles.

Narayanan repitió la demanda de los activistas climáticos de que Biden invoque la Ley de Producción de Defensa, normalmente utilizada en tiempos de guerra para obligar a las empresas a producir armas, pero en este caso para obligar a las empresas a producir más paneles solares, turbinas eólicas y otras tecnologías de energía limpia.

“La verdadera independencia energética solo puede provenir de la energía renovable”, dijo.

Sin embargo, la administración se ha centrado más en refutar las afirmaciones de la industria petrolera y de los republicanos de que Biden ha declarado la “guerra” a la producción nacional de combustibles fósiles. La realidad es que la administración Biden viene otorgando concesiones de perforación de petróleo y gas a un ritmo más rápido que el gobierno de Donald Trump, aunque la industria sigue sin utilizar muchas de estas concesiones en terrenos públicos.