Australia sorprendió al mundo científico al convertirse en el primer país en aprobar el uso de psicodélicos en sesiones de terapia para tratar problemas de salud mental. La Administración de Productos Terapéuticos de Australia, un organismo regulador tradicionalmente conservador, dió luz verde al uso de psilocibina, presente en hongos alucinógenos, para tratar la depresión. Además, el conocido como MDMA o éxtasis en tableta, fue autorizado para tratamientos de estrés postraumático (TEPT).

Estos avances posicionan a Australia como un país pionero en el uso terapéutico de psicodélicos, ofreciendo nuevas esperanzas para abordar trastornos mentales en formas innovadoras y el avance hacia una regulación del uso adulto de las drogas. No obstante, se prevé que la entrega de estos tratamientos sea limitada y que presenten un alto costo, lo que ha llevado a organizaciones de salud a pedir cautela en su implementación.

La organización benéfica Mind Medicine Australia (MMA), responsable de impulsar la aprobación de estos tratamientos, está llevando a cabo capacitaciones para profesionales de la salud, con el fin de recetar y administrar adecuadamente estos alucinógenos en las terapias.

Imagen: Studocu
Imagen: Studocu

La psilocibina ha sido objeto de estudios científicos que revelan efectos positivos en la terapia psiquiátrica, especialmente en la reducción de síntomas de depresión y ansiedad. Esta sustancia proporciona a los pacientes experiencias introspectivas que pueden tener un impacto beneficioso en su bienestar mental.

Por otro lado, el MDMA demostró potencial en el tratamiento del estrés postraumático, permitiendo a los afectados trabajar de manera efectiva en el abordaje de sus traumas.

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A pesar de estos avances, las opiniones respecto a la implementación de estos tratamientos están divididas. Destacados expertos internacionales, como David Nutt y Ben Sessa, celebraron la reforma, considerándola una decisión acertada por parte de Australia y un importante avance en el campo de la innovación terapéutica.

Sin embargo, organismos médicos y de salud mental australianos han expresado sus reservas. La profesora Kristen Morely de la Universidad de Sydney, señala la necesidad de más estudios para comprender mejor los efectos de estas terapias y las posibles preocupaciones asociadas a ellas.

La Asociación Médica Australiana y el Colegio Real de Psiquiatras de Australia y Nueva Zelanda también se muestran cautelosos y solicitan una mayor investigación sobre los posibles efectos secundarios y limitaciones de estas terapias. Enfatizan que, si bien estas terapias pueden ofrecer esperanza para un grupo selecto de pacientes, no son una cura milagrosa y podrían tener efectos adversos para la salud mental. Por ello, hacen un llamado a la prudencia y a estar bien informados antes de implementar estos tratamientos.

Este avance en el uso de psicodélicos en terapia resalta la creciente evidencia científica de sus beneficios en el tratamiento de trastornos mentales y abre la discusión sobre la legalización y regulación de estas sustancias para un consumo adulto controlado y seguro. Expertos argumentan que, con una apropiada supervisión y educación, la legalización de ciertas drogas podría llevar a una disminución de la criminalidad, un enfoque más centrado en la salud pública y mayores oportunidades para la investigación y desarrollo de tratamientos alternativos en el campo de la salud mental. Sin embargo, este tema sigue siendo objeto de controversia y debates en todo el mundo.