Lejos están los tiempos del glamour y éxito de las “Mujeres Desesperadas” o la más reciente “American Crime”. Felicity Huffman protagoniza hoy el escándalo central de USA declarándose culpable en el caso del fraude de los ingresos universitarios. La actriz, junto a otros padres y un entrenador, acepta su responsabilidad y pide perdón a su hija y a la comunidad educativa por los sobornos.

Todos ellos se han declarado culpables este lunes de los cargos que se les imputan. La conspiración mafiosa destapada el pasado mes de marzo implica a más de cincuenta personas entre padres, empresarios y varios entrenadores universitarios que desde 2011 recibieron hasta 25 millones de dólares para que los hijos de ricos privilegiados (actores de Hollywood y otras celebridades) ingresaran en prestigiosas universidades de Estados Unidos como Georgetown, Yale, Stanford o UCLA, entre otras.

Huffman aceptó toda la culpa, liberando a su esposo ( el también actor William H. Macy) que no ha sido imputado. “Acepto las consecuencias de mis actos”, ha declarado la estrella de series de resonante éxito en un tribunal de Boston (Massachusetts). “Me avergüenzo del daño causado a mi hija, a mi familia, mis amigos, mis colegas y a la comunidad educativa”, declaró Huffman, quien añadió que, en especial, quería disculparse con todos aquellos estudiantes que se esfuerzan para entrar en la universidad, y con los padres de estos, que hacen tremendos sacrificios para sacar adelante a sus hijos de “manera honesta”. La actriz nominada al Oscar por Transamérica habría abonado 15.000 dólares por el examen modificado de su hija mayor para acceder a la universidad.

Ahora debe prepararse para una multa de 250.000 dólares y hasta 20 años de prisión. Aún no está claro a cuánto tiempo sería condenada la actriz. Las sentencias en el caso del fraude de admisiones dependen de cuánto dinero haya pagado cada familia a las personas sobornadas para que sus hijos accedieran a los centros de élite. El pago de la familia Huffman es uno de los más bajos, según documentos judiciales citados por medios norteamericanos.

La actriz Lori Loughlin y su esposo, el diseñador de moda Mossimo Giannulli, ambos también acusados por la fiscalía, habrían acordado pagar medio millón de dólares para que sus hijas fueran incluidas en el equipo de remo de la Universidad del Sur de California aunque ninguna de ellas era remadora. Ambas fueron aceptadas en esa universidad. Sin embargo, el matrimonio todavía no se ha pronunciado sobre si se declarará culpable de estos cargos.

Huffman quiso insistir en que su hija desconocía todo lo sucedido respecto a su ingreso a la universidad. “Esta transgresión hacia ella y hacia el público la acarrearé el resto de mi vida. Mi deseo de ayudar a mi hija no es una excusa para saltarme la ley o ser deshonesta”.

Hasta ahora, de las 50 personas acusadas en el caso, cuatro se habían declarado culpables, según los fiscales. Rick Singer, el cerebro del fraude mafioso; Rudy Meredith, el entrenador de fútbol femenino de la Universidad de Yale; y Mark Riddell, todos testigos cooperantes de la Fiscalía, han acordado declararse culpables y testificar a cambio de sentencias menores. John Vandemoer, ex-entrenador de navegación de la Universidad de Stanford, también se ha declarado culpable de conspiración para cometer extorsión.

Paradojas del mundo moderno: en la centro mundial de la meritocracia las carreras universitarias ingresos se consiguen con coimas.