“Fue enormemente sorprendente ver que las cosas cambiaban tan rápido”, dijo Erin Pettit. La glacióloga de la Universidad Estatal de Oregón había elegido este lugar para su investigación de campo en la Antártida precisamente por su estabilidad. Mientras otras partes del gigantesco glaciar Thwaites se derrumbaban, esta cuña de hielo flotante actuaba como refuerzo, frenando el derretimiento. Se supone que era aburrido, duradero y seguro.

Ahora el cambio climático ha convertido esa plataforma de hielo en una amenaza, para el trabajo de campo de Pettit y, sobre todo, para el resto mundo.

La contaminación que calienta el planeta por la quema de combustibles fósiles y otras actividades humanas ya elevó las temperaturas globales más de 1,1 °C. Pero los efectos son particularmente profundos en los polos, donde el aumento de las temperaturas socava seriamente regiones que alguna vez estuvieron bloqueadas por el hielo.

En una investigación presentada esta semana en la conferencia de ciencias de la tierra más grande del mundo, Pettit mostró que la plataforma de hielo Thwaites de la Antártida podría colapsar en los próximos tres a cinco años, desatando un río de hielo que podría elevar dramáticamente el nivel del mar. 

Arctic Report Card 2021

Los estudios aéreos documentan cómo las condiciones más cálidas han permitido que los castores invadan la tundra ártica, inundando el paisaje con sus presas. Los grandes barcos comerciales se están infiltrando cada vez más en áreas anteriormente congeladas, perturbando la vida silvestre y generando cantidades desastrosas de basura. Los efectos de mediano y largo plazo de estos cambios son por ahora impredecibles, pero difícilmente contribuyan a mitigar los problemas.

 En muchas comunidades nativas de Alaska, los impactos climáticos agravaron las dificultades de la pandemia de coronavirus, lo que provocó escasez de alimentos entre las personas que han vivido de esta tierra durante miles de años.
“El carácter mismo de estos lugares está cambiando”, dijo Twila Moon, glacióloga del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo y coeditora del Arctic Report Card, una evaluación anual del estado de la cima norte del mundo. "Estamos viendo condiciones como nunca antes".

De los polos hasta el ecuador: los cambios en una región tienen impacto global

La rápida transformación del Ártico y la Antártida crea un efecto dominó en todo el planeta.
El nivel del mar aumentará, los patrones climáticos cambiarán y los ecosistemas se alterarán. A menos que la humanidad actúe rápidamente para frenar las emisiones, dicen los científicos, las mismas fuerzas que han desestabilizado los polos causarán estragos en el resto del mundo.

“El Ártico es una forma de mirar hacia el futuro”, dijo Matthew Druckenmiller, científico del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo y otro coeditor del Arctic Report Card,, cuyo video ilustra esta nota. "Los pequeños cambios de temperatura pueden tener enormes efectos en una región dominada por el hielo".

El panorama presentado en la reunión anual de la Unión Geofísica Estadounidense el martes, describe un paisaje que se está transformando tan rápido que los científicos luchan por mantenerse al día. Las temperaturas en el Ártico están aumentando dos veces más rápido que el promedio mundial. El período comprendido entre octubre y diciembre de 2020 fue el más cálido nunca registrado.

El "Efecto Acondicionador de Aire"

Las consecuencias de estos trastornos se sentirán mucho más allá del Ártico. El hielo marino ha actuado tradicionalmente como el "acondicionador de aire" de la Tierra; refleja hasta dos tercios de la luz que lo alcanza, enviando enormes cantidades de radiación solar (y del calor que trae con ella) de regreso al espacio. 

Por el contrario, las extensiones de agua absorben calor y es difícil que estas áreas se vuelvan a congelar. Menos hielo marino significa más océano abierto, más absorción de calor y más cambio climático. El fenómeno se realimenta a sí mismo: eso representa a su vez más derretimiento en los polos.

Tanto en el Ártico como en la Antártida

Tres episodios históricos de derretimiento azotaron Groenlandia en julio y agosto, lo que provocó que la enorme capa de hielo de la isla perdiera alrededor de 35 billones de kilos. El 14 de agosto, por primera vez en la historia registrada, cayó lluvia sobre las capas de hielo permanentes.

Aunque la capa de hielo de Groenlandia tiene más de un kilómetro y medio de espesor en su centro, la lluvia puede oscurecer la superficie, haciendo que el hielo absorba más calor del sol. También cambiará la forma en que se comporta la nieve y resbala la superficie del hielo.
Unos 5 millones de personas que viven en las regiones de permafrost del Ártico están en riesgo de los cambios que ocurren en sus costas y bajo sus pies.

En la Antártida, dijo el glaciólogo de la Universidad de Colorado en Boulder, Ted Scampos, "el cambio climático tiene más que ver con los cambios de viento y los cambios en los océanos que con el calentamiento, aunque eso también está sucediendo en muchas partes".

Aunque el continente permanece congelado durante gran parte del año, el aumento de las temperaturas en el Pacífico ha cambiado la forma en que circula el aire alrededor del Polo Sur, lo que a su vez afecta las corrientes oceánicas. El agua cálida y profunda del océano está brotando hacia las costas, debilitando la capa de hielo desde abajo.

La desintegración de la plataforma de hielo Thwaites no aumentará inmediatamente el nivel del mar: ese hielo ya flota sobre el agua, ocupando la misma cantidad de espacio, ya sea sólido o líquido. Pero sin la plataforma de hielo que actúe como refuerzo, las partes del glaciar que están en tierra comenzarán a fluir más rápidamente.

El Glaciar Thwaites podría volverse vulnerable al colapso de los acantilados, un proceso en el que las imponentes paredes de hielo que dan directamente al océano comienzan a desmoronarse. 
Si todo el glaciar fallara, el nivel del mar aumentaría desmedidamente. Las naciones insulares y las comunidades costeras se verían inundadas.

"No sabemos exactamente si se producirá la falla de este acantilado de hielo o cuándo se iniciará", dijo Anna Crawford, glacióloga de la Universidad de St. Andrews que trabaja en modelos del proceso. "Pero estamos seguros de que la Antártida va a cambiar".

Las emisiones globales de gases de efecto invernadero están en camino de seguir aumentando. Los gobiernos y las empresas no han tomado las medidas necesarias para evitar un calentamiento catastrófico superior a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Hay muchas razones para creer que la inestabilidad en los polos, y en todo el planeta, empeorará.

Fuente: The Washington Post