El anuncio fue realizado por Mark Rutte, primer ministro neerlandés, quien en conferencia de prensa declaró: "El Estado de derecho debe proteger a sus ciudadanos del todopoderoso Gobierno y aquí esto fracasó de forma estrepitosa".

Es así que el mismo primer ministro y todo su gabinete presentaron la renuncia a sus cargos. La decisión fue enviada al Rey Guillermo, quien debe decidir como continuar la situación. Lo más probable es que el Rey ordene que mantengan sus puestos en forma provisoria hasta las próximas elecciones.

El escándalo ocurrió entre 2014 y 2019 cuando familias extranjeras, en su mayoría turcas y marroquís, fueron acusadas falsamente de fraude tras recibir ayuda social. Ante estas denuncias sin fundamentos, el Gobierno de los Países Bajos obligó a esas familias a devolver el dinero y cortó la asistencia, empujándolas así a crisis económicas importantes.