Una agotadora gira. La más extensa de su papado. Una exigente prueba física recorriendo el sudeste asiático y Oceanía, con sus 87 años. Temperaturas tropicales, humedad, cambio en los husos horarios y jet lag.

Dejó una publicación oficial en la red “X”, a modo de balance:

X de Papa Francisco


Pero llegó a Roma y en el mismo aeropuerto internacional de Fiumicino, dialogó brevemente con la prensa y respondió preguntas sin inmutarse.

Consultado sobre cuándo visitaría Argentina, otra vez, mantuvo el suspenso: “Me gustaría ir, es mi pueblo, pero aún no está decidido”, contestó.
El Papa ha manifestado en reiteradas oportunidades su deseo de volver a Argentina. Una de las últimas veces fue en enero, durante un reportaje en el Canal 9 de la capital italiana, donde aseguró que tenía intenciones de viajar en el segundo semestre de este año. 

Se especuló entonces con que septiembre podía ser una fecha tentativa para su vuelo, pero la agenda se ocupó con la gira asiática. Y es claro que quienes velan por la salud del pontífice, difícilmente acepten más viajes “largos” en lo que quede de 2024. De modo tal que las especulaciones se trasladan ahora a 2025.

En la conferencia en Fuimicino, hoy aseguró que el viaje está en sus planes, pero aún no está definido cuándo será. “Primero hay que resolver varias cosas”, aclaró, dejando a la especulación la naturaleza de esas “varias cosas”.

Con respecto a Argentina, el Papa está muy pendiente de la situación social, económica y política que atraviesa el país y lo corrobora cada dirigente que lo visita en Roma. Incluso se conjeturó este año en fuentes eclesiásticas y políticas que una eventual demora en su hipotética gira por Argentina y Uruguay -así se estipuló la hoja de ruta- podía estar relacionada no solo con su salud si no con su desacuerdo sobre el plan del gobierno de La Libertad Avanza, en particular en el plano económico.

En cualquier caso, Francisco tuvo su gesto particular con el presidente cuando lo recibió en audiencia privada, a solas, en el Palacio Apostólico en febrero pasado. Fue el primer mano a mano después de la batería de agresiones que el jefe de Estado argentino le dedicó durante la campaña presidencial. 

A pesar de eso, el Papa mantuvo con Milei una reunión de algo más de 60 minutos, mucho más duradera que las que le ofreció, por caso, a otros mandatarios como Mauricio Macri o Alberto Fernández. Y se fotografió sonriente.

En concreto, por ahora la única agenda conocida de Francisco en relación a nuestro país será en noviembre, cuando la canciller Diana Mondino viaje al Vaticano para conmemorar con su par chileno y el sumo pontífice el tratado de paz entre ambos países.