Los parques eólicos y solares ofrecen un camino importante hacia energías limpias y renovables y son parte significativa de las esperanzas de obtener energía no contaminante. 
Como cualquier emprendimiento humano, tienen impacto sobre el ambiente y es por ese motivo que las áreas desérticas o poco habitadas, incluso los litorales marítimos, suelen ser los lugares preferidos de estos emprendimientos.

Pero un trabajo que acaba de publicar la revista Science, desarrollado por investigadores de las universidades de Maryland (EE.UU.) y Trieste (Italia) aporta evidencia para confirmar que, además de los beneficios conocidos, la instalación masiva de parques eólicos y solares, puede afectar dramáticamente el clima de una región.

En este estudio se muestra que la instalación a gran escala parques eólicos y solares, cubriendo el Sahara, conduciría a un aumento de la temperatura local y a un aumento de más del doble de las precipitaciones, por las modificaciones en la velocidad del viento y las alteraciones en la radiación reflejada (albedo). 

El aumento resultante en la vegetación mejoraría aún más la precipitación, creando una retroalimentación positiva entre el albedo, la precipitación y la vegetación que contribuiría a su vez con aproximadamente un  80% del aumento de la precipitación. 


Esta mejora local puede producirse en particular en el Sahara, por la enorme superficie involucrada.

Aunque existen desde hace mucho tiempo propuestas para que el desierto provea el 50% de la energía mundial, en la hipótesis de trabajo de este estudio, se asumió que los parques instalados combinados podrían generar energía equivalente a "solamente" unos 82 teravatios (como referencia, el consumo total de Argentina en pico es de unos 35 TWs).

El estudio señala que los efectos de los parques eólicos y solares a gran escala en el Sahara serían significativos a nivel local, es decir, en o cerca de las ubicaciones de los parques eólicos y solares, con impactos remotos limitados, aunque la imagen presentada refleja que el impacto en precipitaciones y temperatura podría sentirse tanto como hasta Brasil y el Caribe.
 

El Sahara puede reverdecer: hay que llenarlo de granjas solares y eólicas