Creada en 1974 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), como consecuencia de la crisis del petróleo, la Agencia Internacional de Energía (AIE) tuvo por objetivo inicial coordinar medidas para asegurar el abastecimiento de petróleo a sus países miembros, como contrapeso de la OPEP.

En la actualidad, tras los cambios experimentados en los mercados de la energía, la AIE se ha transformado en una de las principales referencias técnicas del mundo en cuestiones energéticas, abarcando en conjunto los problemas de seguridad energética, desarrollo económico y protección del medio ambiente.

Por eso, su reporte anual se sigue con atención en todo el mundo. Este año, pese a la crisis mundial desatada por la guerra en Ucrania, viene con algunas buenas noticias. Insistirán algunos estudiosos de las lenguas con que en chino la palabra crisis se escribe 危机 (Wei Ji), expresión de dos caracteres. El primero es Wei, que significa peligro y el segundo es Ji, que significa oportunidad.

Los ejemplos

El reporte prevé que, a nivel mundial, la capacidad de energía renovable se duplicará para 2027, agregando tanta energía renovable en los próximos cinco años como lo hizo en las últimas dos décadas. O sea, a un ritmo cuatro veces mayor.

Las energías alternativas emergen de la bruma impulsadas por la incertidumbre de la guerra. Imagen: Portada mencionado reporte / Shutterstock
Las energías alternativas emergen de la bruma impulsadas por la incertidumbre de la guerra. Imagen: Portada mencionado reporte / Shutterstock

Adicionalmente, las energías renovables están a punto de superar al carbón como la mayor fuente de generación de electricidad, lo que terminaría de ocurrir a principios de 2025

Bajo la impronta de la guerra y la disparada de los precios internacionales, Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, dice en el comunicado de presentación del informe: “Este es un claro ejemplo de cómo la crisis energética actual puede ser un punto de inflexión histórico hacia un sistema energético más limpio y seguro”.

La magnitud de este impacto es tal que la AIE se vio obligada a revisar su reporte del último año por que la expansión de la energía renovable en los próximos cinco años ocurrirá mucho más rápido de lo que se pronosticó en 2021.

El informe estimó que la suba en la disponibilidad de energías limpias sería un 30 por ciento mayor a la esperada debido a las nuevas decisiones políticas de algunos de los mayores emisores del mundo, como la Unión Europea, Estados Unidos y China.

En paralelo, durante los próximos cinco años, se espera que las lecciones derivadas de las fragilidades demostradas por la última crisis energética mundial sean otro factor acelerador del crecimiento de las energías renovables.
Aunque los combustibles fósiles vuelan a los niveles de precios de preguerra se espera que los países adopten tecnologías de bajas emisiones, incluidas turbinas eólicas, paneles solares, el regreso sobre la energía nuclear y la expansión del hidrógeno verde, para dejar de depender de terceros países en el crítico tema de la energía.

El reporte muestra que China instalará casi la mitad de la nueva capacidad mundial de energía renovable durante los próximos cinco años, según los objetivos establecidos en el nuevo plan quinquenal del país. Paradójicamente, el país no cesa en su ritmo de extracción y quema de carbón, pese a anunciar que no construiría nuevas centrales basadas en este combustible.