El primer aniversario del estallido social del año pasado en Chile tuvo dos caras. Las mismas que se han venido repitiendo a lo largo de todo el año en el país. Por un lado, miles de manifestantes se reunieron en Santiago y regiones, con el fin de protestar de forma pacífica y sin desórdenes.

Pero también hubo grupos encapuchados que ocasionaron diversos desórdenes, saqueos, incendios y enfrentamientos con Carabineros.

La principal concentración del país se registró en Plaza Italia, punto habitual de reunión de los manifestantes desde el año pasado. Al lugar llegaron decenas de miles de personas, quienes en su mayoría se movilizaron en tranquilidad. Con el transcurso de la jornada la situación fue cambiando y los desmanes poco a poco se fueron multiplicando.

Algunos de los más intensos ocurrieron en la iglesia de Carabineros y en la parroquia de la Asunción, que fueron quemadas en medio de los incidentes. A esto se sumaron robos en locales comerciales, saqueos a tiendas y destrucción de propiedad pública y privada, hechos provocados por grupos descolgados de la manifestación masiva.

La serie de incidentes que se produjeron dejaron un saldo hasta ahora de 22 carabineros lesionados, según el último balance, quienes se encuentran internados en el hospital institucional. Algunos de los policías incluso presentan heridas de bala, con elementos incendiarios o fuegos artificiales.

Los hechos más graves se han generado tras los ataques que han sufrido ciertas comisarías, como es el caso del cuartel policial de Puente Alto, donde unas 300 personas lanzaron bombas molotov y elementos contundentes hacia el interior del recinto. Una situación similar ocurrió en las comisarías de Melipilla, Cerro Navia, Padre Hurtado, La Victoria y Pudahuel, donde grupos de encapuchados han arremetido constantemente en contra de los policías dispuestos en el lugar.

Junto a estos hechos se han producido manifestaciones en otras comunas, como La Granja, La Florida, Maipú o San Joaquín, donde, no obstante, los desórdenes no han pasado a mayores. También se realizaron marchas en ciudades de regiones como Antofagasta, Iquique, La Serena, Valparaíso, Concepción y Temuco, donde miles de personas se concentraron para protestar.

El desarrollo de las movilizaciones fue seguido de cerca por el ministro del Interior, Víctor Pérez, quien junto a otras autoridades de seguridad monitoreó desde La Moneda el transcurso de la jornada. Luego, el secretario de Estado brindó una conferencia de prensa, donde hizo un balance de los desórdenes y aseguró que fueron "grupos minoritarios" los que generaron los incidentes. "Gracias a la acción de las policías podemos decir hoy día que, a pesar del intento de estos sectores, las estaciones del Metro fueron protegidas, los buses del Transantiago fueron protegidos, la infraestructura crítica fue protegida, y por tanto la vida cotidiana no va a ser alterada por la acción de estos grupos violentos que quieren destruir, quieren dañar, perjudicar y sembrar el terror", afirmó. 

Asimismo, lamentó que "dos recintos religiosos han sido dañados producto de la acción de estos violentos y por lo tanto hacemos y reiteramos un llamado a que toda la ciudadanía repudie estos hechos. Quemar iglesias es una expresión de brutalidad, que debemos condenar enérgicamente".

Por su parte, el general director de Carabineros, Mario Rozas, valoró la labor desempeñada por la institución que dirige. "Con nuestra actuación de prevención y de control, muchas acciones de delincuencia y vandalismo fueron inhibidas y en otras se actuó mediante la disuasión. Por lo tanto, hasta ahora, durante esta jornada diurna, el despliegue de control de prevención ha sido de acuerdo a lo planificado", sostuvo.

Hasta el momento, la cifra de detenidos en la conmemoración es indeterminada. Se espera que este lunes en la mañana Carabineros realice un nuevo balance, donde se darán a conocer en detalle el número de detenciones y de lesionados en el país.