Tal como anticiparon las encuestas, el resultado de la segunda vuelta en las elecciones presidenciales de Perú es un cerrado empate.

Apenas cerrado el escrutinio, podía anticiparse que habría que esperar hasta el último voto, como lo señalaba el análisis de Mariano Saravia.

Con el último reporte de la ONPE ( Oficina Nacional de Procesos Electorales), emitido a las 12.24 hora de Argentina, contabilizando el 93,31% de las actas electorales, la diferencia entre Castillo y Fujimori se acortó a 0,1 %, lo que equivale a casi 17 mil votos, cuando restan contarse el 6,7 por ciento de las mesas. Castillo lleva el 49.95% y Fujimori el 50,05%.

El panorama refleja una enorme polarización entre las dos propuestas, que tiene una traducción territorial muy definida: mientras Castillo ganó por abrumadora diferencia los distritos del Sur y el Centro del país, Keiko Fujimori, arrasó en Lima  y en los departamentos de Piura, Lambayeque y La Libertad, en el norte costero del país. La Amazonía, el sureño departamento de ICA y la periferia de Lima, son las únicas regiones en dónde el resultado es disputado y reproduce la paridad nacional.

La tendencia del conteo del último 10 por ciento de las mesas que faltan, de acuerdo a lo que publica ONPE ha mostrado un crecimiento constante de Castillo en detrimento de Fujimori. Por otra parte, los votos anulados llegan al 5,6 %, mientras que el voto en blanco no llega al 1%.