El Fondo Monetario Internacional lanzó una advertencia al describir el cuadro de situación por los efectos de la guerra en Ucrania sobre la economía mundial. Su titular, Kristalina Georgieva afirmó que el conflicto ha generado "una segunda gran crisis tras la pandemia" y que “la inflación se ha convertido en un claro y presente peligro para muchos países del mundo”.

En esa dirección y durante una conferencia brindada en Washington, la mandamás del organismo de crédito internacional remarcó que "cientos de millones de familias ya estaban luchando con ingresos más bajos y mayores precios de la energía y los alimentos", al tiempo que aseguró que "la guerra ha hecho esto mucho peor y amenaza con aumentar aún más la desigualdad".

Luego de eso, expresó que “el único remedio eficaz a estos riesgos es la cooperación internacional” y calificó a este momento como “trascendental para la comunidad internacional”. Reconoció, sin embargo, que ante estos desafíos las decisiones a tomar son más difíciles.

Cabe recordar, que el organismo tiene pactada para las próximas semanas reuniones de revisión de las metas acordadas con Argentina tras el acuerdo para el pago de la deuda de 44 mil millones de dólares tomada por el gobierno de Macri, donde se analizará la situación con relación a la evolución de la economía del país, marcada también por altas tasas de inflación. 

Georgieva dijo que la pandemia aún no ha terminado y que junto a los efectos del conflicto en Ucrania, impactan en el recorte en los pronósticos de crecimiento para las economías de 143 países este año, lo que representa el 86% del PIB mundial.

Señaló que, si bien y como consecuencia de la guerra, el aumento de los precios de las materias primas han mejorado las perspectivas de crecimiento de muchos exportadores de petróleo, gas natural y metales", desde el punto de vista de las personas “sus ingresos han disminuido y aumentan las penurias” por la situación, "golpeando más fuerte a las personas más vulnerables del mundo".

Finalmente, recordó que la pandemia “puso patas arriba nuestras vidas y economías, y eso no ha terminado”. La continua propagación del virus podría dar lugar a más variantes contagiosas o, peor aún, más letales, que provocan más trastornos y la mayor divergencia entre países ricos y pobres.