El Parlamento israelí se disolvió este martes, con lo que se convocarán nuevas elecciones, las cuartas en dos años, confirmando la imposible unión de Benjamin Netanyahu y Benny Gantz en un mismo gobierno.

La Knéset quedó disuelta a la medianoche (hora local) después de que el gobierno “de unión y de emergencia”, formado en abril por Netanyahu y su otrora adversario Gantz, no logró alcanzar un acuerdo sobre los presupuestos del Estado.

Después de tres comicios legislativos que no dieron un vencedor claro entre Netanyahu y Gantz, los dos candidatos decidieron enterrar el hacha de guerra en abril para hacer frente a la pandemia del covid-19, formando un Ejecutivo de unidad que ponía fin a la crisis política más larga de la historia del país.

El acuerdo incluía una rotación en el puesto de primer ministro y estipulaba que el gobierno adoptaría un único presupuesto para dos años (2020 y 2021), pero el partido Likud, de Netanyahu, propuso votar dos presupuestos diferentes, lo que la formación centrista Azul y Blanco de Gantz rechazó.

Este punto se convirtió en el talón de Aquiles de la coalición y también, según la prensa israelí, en el detonante de las tensiones entre Netanyahu y Gantz.