Este lunes llegó a Ezeiza el vuelo 1063 de Aerolíneas Argentinas con medio millón de vacunas Sputnik V: 300.000 dosis del componente 1 y 200.000 dosis del componente 2. Con la llegada de estas 500.000, Argentina cuenta, al momento, con 4.880.540 de dosis.

Ha trascendido que esta misma semana habrá otro vuelo a Moscú y tres vuelos más rumbo China. Alberto Fernández firmó la semana pasada el contrato con Sinopharm por 3 millones de dosis.

Este panorama resulta bastante dinámico: con más personas vacunadas que contagios acumulados a lo largo de la pandemia, el gobierno de Fernández pretende acelerar la campaña: la llegada de dosis desde distintos laboratorios resulta crucial de cara al invierno.

En su mensaje en cadena nacional del jueves pasado, el Presidente dijo que la Argentina había firmado contratos por 65 millones de dosis, pero que sólo llegaron cuatro. Este no es un problema argentino: las vacunas contra el covid-19 son un bien escaso que se disputan naciones de centro y periferia. 

Los países ricos desestiman la propuesta de India y Sudáfrica, reclamada también por la Argentina, de suspender las licencias mientras dure la pandemia, para que las vacunas puedan fabricarse en todos los lugares con instalaciones aptas para hacerlo.

Omar Sued, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, integra el comité de expertos que asesora al Ministerio de Salud de la Nación. Consultado sobre la proyección del abastecimiento de las vacunas y el efecto sobre la situación epidemiológica que las demoras generan, Sued ha dicho que “lo que ocurre es que el 10% de los países del mundo tienen 90% de las dosis. La inequidad mundial en cuanto al acceso a las vacunas es muy marcada. Son problemas que no tienen solución fácil, porque, por ejemplo, si se permitiera la liberación de la compra de vacunas para que fuera negociada por un privado en vez de por el Estado, mucha gente se quedaría sin acceso”. 

Infografía. Aquí, aspectos técnicos y situación en nuestro país de cada una de las vacunas.