Ya existe evidencia de que los hábitos de los varones contaminan más que los de las mujeres: ambos sexos gastan cantidades similares de dinero, pero los hombres lo gastan en cosas que contaminan un 16% más.
En aquel estudio, en Suecia, la diferencia principal se explicaba por los medios de transporte cotidiano y por el destino final en las vacaciones. 

Un estudio en Reino Unido, viene a confirmar esta tendencia, pero enfocada en la cuestión de la dieta: el sobre consumo de carne en los varones nos hace responsables de un 40% más de emisiones de calentamiento climático que las mujeres.

La investigación también encontró que una cuarta parte de las emisiones relacionadas con la dieta provienen de alimentos y bebidas "optativos", como café, alcohol y dulces. Los científicos concluyen que las políticas para fomentar dietas sostenibles deberían centrarse en alimentos de origen vegetal, pero reforzando el cambio de hábitos en cuanto a bebidas y dulces para presentar más oportunidades de éxito.

La producción de alimentos causa el 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero, y estudios anteriores han demostrado que el consumo de carne en los países de alto consumo per cápita debe reducirse drásticamente para hacer frente a la crisis climática, causada en gran parte por el metano y la deforestación asociados con la ganadería. Pero estos estudios han analizado las emisiones promedio de amplias categorías de alimentos.

El nuevo estudio, publicado en la revista Plos One , analizó las emisiones vinculadas a más de 3.200 alimentos específicos y examinó las dietas de 212 británicos, que registraron su ingesta de alimentos y bebidas durante tres períodos de 24 horas. Encontró que los productos de origen animal eran responsables de casi la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero de una dieta promedio: 31% de la carne y 14% de los lácteos. La bebida provocó el 15% de las emisiones y el 8% provino de tortas, galletas y confitería.

La investigación también mostró que las dietas no vegetarianas generaban un 59% más de emisiones que las dietas vegetarianas. Las dietas de los hombres tenían un 41% más de emisiones, en gran parte debido a que comían más carne, pero también a que consumían más bebidas.

"Todos queremos aportar nuestro granito de arena para ayudar a salvar el planeta", dijeron los científicos, dirigidos por Holly Rippin, de la Universidad de Leeds. “Descubrir cómo modificar nuestra dieta es una forma de hacerlo. Hay conceptos generales sobre como reducir nuestra ingesta de carne, particularmente carne roja, pero nuestro trabajo también muestra que se pueden obtener grandes ganancias con pequeños cambios, como por ejemplo, eliminar los dulces".

El caso Argentino

En Argentina no hay estudios relevantes sobre las diferencias de género en la dieta, igual que en la mayoría de los países del orbe.
Aún así, en 2005, en su esfuerzo por orientar aumentos en los consumos de carne vacuna por parte de la población, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna de Argentina (IPVC), publicó un interesante estudio en el que resultaba claro que, al menos en aquella época, claramente había distinciones que hacer entre varones y mujeres cuando de consumir carne se trata.

Por lo pronto, se apreciaban diferencias a la hora de elegir los cortes más populares: mientras que 60% y 26% de los varones elegían respectivamente al asado y el vacío sólo 43% y 14% de las mujeres los preferían.
Por el contrario, mientras 19 y 17% de las mujeres elegían entonces la bola de lomo y la cuadrada, sólo estos cortes eran escogidos como preferidos por 14 y 10 % de los varones.

En todo caso, la diferencia más notable se establecía a la hora de elegir, comprar y cocinar la carne: como era de esperar, “esposas/amas de casa/mujeres” eran responsables de entre 80 y 90% de esas actividades, pero sólo alrededor del 20% de los varones estaba asociado a estas tareas domésticas.

Los hombres comen, las mujeres, eligen, compra y cocinan. Infografía: IPCVA, estudio citado
Los hombres comen, las mujeres, eligen, compra y cocinan. Infografía: IPCVA, estudio citado


La encuesta es vieja y eso deja alguna esperanza de que algunos hábitos hayan cambiado. Y no sólo se trata de comer menos carne roja, se trata de construir sociedades igualitarias, en todo sentido.