Países con diferencias extremas en las medidas adoptadas para contener la pandemia sufren por igual las consecuencias económicas de la retracción mundial provocada por el nuevo coronavirus.

Se conocieron ayer los datos de la evolución económica en Brasil y Australia y en ambos casos, el segundo trimestre mostró un deterioro profundo en el PBI, aunque los dos países tuvieron respuestas bien diferentes a la epidemia: Australia desde el comienzo adoptó medidas intensas de restricción, control y seguimiento mientras que, con Bolsonaro negando sistemáticamente la significación del problema, Brasil intentó sostener la actividad sin restricciones.

Desde el comienzo de la epidemia, en Australia se han confirmado 26.000 casos y 663 muertes a causa del covid-19. En Brasil en cambio, los contagios llegarán a 4 millones esta semana y las muertes ya superaron las 120 mil. Solamente ayer, Brasil reporto más muertes, 1081, que Australia en toda la pandemia. Y sin embargo, los dos países muestran índices económicos de contracción sin precedentes.

El Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil registró una contracción histórica del 9,7% en el segundo trimestre de 2020 en comparación con los tres meses anteriores. Las pérdidas mostraron una aceleración en relación a la caída del 2,5% en el primer trimestre de este año
En comparación con el segundo trimestre de 2019, el PIB disminuyó un 11,4%, también la caída más fuerte de la serie iniciada en 1996, según el IBGE.
Las expectativas bajaron un 9,4% del PIB en el segundo trimestre de 2020 en comparación con los tres meses anteriores y un 10,7% respecto al año anterior según información provista por Reuters.

Por su parte, Australia entró en su primera recesión desde 1991 luego que su economía se contrajera un 7% durante el segundo trimestre según las cifras oficiales publicadas este miércoles. Se trata de la contracción más rápida jamás registrada en un trimestre en el país, que había atravesado 30 años de crecimiento continuo, ni siquiera interrumpido por la crisis financiera de 2008, según la Oficina australiana de estadísticas (ABS).

Michael Smedes, de la ABS, explicó que la pandemia y las medidas adoptadas para combatir el coronavirus habían provocado esa contracción "sin precedentes" que hunde "enormemente" los récords anteriores. Un país entra en recesión cuando acumula dos trimestres negativos consecutivos. La economía australiana había caído un 0,3% en el primer trimestre. La cifra del segundo trimestre concuerda totalmente con las previsiones del gobierno.

"El trimestre que terminó en junio estuvo marcado por una contracción importante del gasto de los hogares en los servicios, pues los hogares modificaron sus hábitos de comportamiento al ordenarse restricciones para contener la propagación del coronavirus", declaró Smedes. El número de horas trabajadas bajó casi un 10% mientras que el monto de las prestaciones sociales subió más de un 40%. El comercio también se vio lastrado en el segundo trimestre, cuando bajaron las importaciones de bienes un 2,4% y las exportaciones de servicios un 18,4%.

El gobierno australiano desbloqueó decenas de miles de millones de dólares para atenuar el impacto económico de la epidemia, pero la economía se vio igualmente afectada por el confinamiento relativo de hace unos meses. Un confinamiento mucho más estricto está ahora en vigor para los cinco millones de habitantes de Melbourne, donde se concentra una segunda ola epidémica que seguramente perjudicará al rendimiento económico del trimestre en curso.