Revlon, la multinacional estadounidense perteneciente al sector de la cosmética, se declaró este jueves en quiebra, al verse afectada por los impactos globales que generan la alta inflación, las persistentes limitaciones en la cadena mundial de suministros y las obligaciones con sus acreedores.

El gigante de belleza de 90 años de antigüedad aseguró que afronta "problemas de liquidez" y espera recibir la suma de u$s575 millones en financiamiento de sus prestamistas existentes para poder mantener sus operaciones diarias en funcionamiento. En tanto, su deuda actual es de u$s3.700 millones de dólares, según informó AP News.

"La presentación de hoy permitirá a Revlon ofrecer a nuestros consumidores los productos icónicos que hemos ofrecido durante décadas, a la vez que proporciona un camino más claro para nuestro crecimiento futuro", dijo la directora general de Revlon, Debra Perelman, en un comunicado en el que anunció que la empresa acudió voluntariamente al capítulo 11 del Tribunal de Bancarrotas del Distrito Sur de Nueva York.

Además, agregó que su "desafiante estructura de capital ha limitado nuestra capacidad de navegar por cuestiones macroeconómicas para satisfacer esta demanda".

Según la cadena CNBC, la compañía tenía el pasado 31 de marzo una deuda a largo plazo de u$s3.310 millones, mientras que su capitalización de mercado era de u$s123 millones al cierre de la bolsa de Wall Street ayer miércoles.

En las horas previas a la apertura del mercado bursátil, la compañía paralizó las operaciones sobre sus acciones, que caían un 4,44% en su última cotización.

Por otra parte, se espera que reorganicen su estructura de capital y mejorar sus perspectivas a largo plazo.

En tanto, la escasez de productos fue otro factor importante que llevó a Revlon a la bancarrota.