El aislamiento que se impuso en otro países, y en el nuestro, cambió bastante las formas de consumo de la sociedad. Se potenció el comercio electrónico, el delivery de comidas, y una rareza retro levantó cabeza: al autocine.  

En Alemania, por ejemplo, el Autokino Essen, de los pocos que hay, aseguró que desde que se implementó la cuarentena vendieron todas sus proyecciones nocturnas. Durante el año solo hay abiertos dos de estos lugares.

"La gente solo quiere salir y ver una película", expresó el gerente de la empresa, y confesó que están agotando entradas con semanas de anticipación. De todas maneras, toman precauciones: aunque hay lugar para 1000 vehículos, solo entran de a 250.

En Estados Unidos sucede algo similar. Incluso allí se dio un "renacimiento" de una forma de ver cine que parecía que se terminaba. "Los Angeles Times” realizó un relevamiento que evidenció que los locales reciben el triple de audiencia que antes.

California, Kansas, Oklahoma, Missouri son algunos de los estados en los que reabrieron los autocines al ver el gran incremento de clientes. "Fue un alivio para muchas familias", indicaron.