Ya sea que se trate del dialecto rápidamente cambiante de los adolescentes o de palabras curiosas que se encuentran enterradas durante mucho tiempo en el argot local de una comunidad rural, nuestro vocabulario y nuestro idioma están moldeados por nuestro entorno social. Al parecer, tales influencias parecen también estar presentes entre los orangutanes cuando hacen sus sonidos de alarma.

Algo parecido a un beso, pero más fuerte y más grave, es lo que consiguen los orangutanes de la isla de Borneo al colocarse hojas de plantas en los labios. El cambiante sonido tiene como función principal ahuyentar a sus posibles depredadores.

Como si de un instrumento de viento se tratara, los orangutanes disminuyen la intensidad de sus gritos, haciéndolos más graves y de mayor volumen, de tal manera que cualquiera que los oiga puede pensar que se trata de un animal de grandes proporciones y no de un simple orangután.

Al parecer, la presencia de serpientes, leopardos, tigres y humanos asusta a las tribus y puede ser el desencadenante de estos sonidos ahuyentadores, a los que han llamado 'kiss squeaks'. Pudiera traducirse como “besos-chillidos”, nombre que se debe a que lo producen de forma similar a un beso, tomando aire por la nariz mientras se mantienen los labios cerrados.

Los orangutanes pueden producir una gran variedad de 'kiss squeaks' con sus labios, con sus manos o sin ayuda, pero alcanzan un volumen más alto cuando se ayudan con hojas. Con respecto a las hojas no utilizan ninguna planta en especial. Desde hace tiempo se asume que este tipo de comportamiento en los primates no se basa únicamente en el instinto, sino que se aprende de otros.

Interacciones comunitarias

Ahora, los investigadores que estudian las llamadas de alarma de las comunidades salvajes de simios en Borneo y Sumatra no solo lo han confirmado, si no que además observaron que los orangutanes son capaces de crear nuevas versiones de las llamadas, modificando su tono y duración y que esta creatividad juega un rol en las interacciones sociales.

Aún más: la frecuencia en la creación de nuevas llamadas, y la persistencia de las nuevas versiones en el tiempo, están influenciadas por la densidad de la comunidad local.

“Las tribus de bajas densidades de orangutanes tienen una jerga con un repertorio que usan y revisan constantemente. Son 'conservadores', es decir, sostienen una alarma particular, pero una vez que se usa una nueva variante, todos la escuchan y la variante se incorpora rápidamente, enriqueciendo la jerga”, dijo el Dr. Adriano Lameira, autor principal de la investigación del departamento de psicología de la Universidad de Warwick.

“En las comunidades de alta densidad, la comunicación es más como una cacofonía. Parece que introducir una 'novedad' es una especie de marca de prestigio, al igual que en algunos pájaros cantores, y que los individuos utilizan las variaciones para mostrar cuán rebeldes o cool son”, dijo.

Si se tradujese a cordobés básico, se diría que los orangutanes muestran con la improvisación de sus alarmas cuan “picantes” son. Más formalmente, podría decirse que la habilidad para introducir nuevas llamadas es una marca de originalidad del individuo.

Si bien se ha descubierto que las influencias sociales desempeñan un papel en la comunicación de diferentes especies animales, incluidos los pájaros cantores y los titíes, el equipo detrás de la nueva investigación dice que no estaba claro si esto también era cierto para los simios no humanos.

Una cuestión de densidad

En el trabajo publicado en la revista Nature Ecology and Evolution, el equipo informa cómo pasaron 6120 horas de observación trabajando en seis estaciones de investigación entre 2005 y 2010, registrando de manera oportunista los sonidos de comunidades de orangutanes de alrededor de 70 individuos.

Lameira dijo que a diferentes comunidades a veces se les ocurrían las mismas variaciones para las nuevas llamadas, aunque no hubiese intercambio probable entre estas poblaciones ya que estaban muy separadas.

El equipo descubrió que las comunidades de orangutanes con alta densidad poblacional se producían una amplia gama de nuevas llamadas, con una alta rotación, lo que significa que muchas dejaban de usarse rápidamente. Por el contrario, los grupos pequeños presentaban nuevas llamadas con menos frecuencia, pero tendían a retenerlas cuando ocurrían.

Lameira añadió que, además del nuevo estudio, hay cada vez más pruebas de que los repertorios de los grandes simios, al igual que los lenguajes humanos, se componen de sonidos de consonantes y vocales que no solo pueden controlarse cuidadosamente, sino combinarse para formar sílabas y que podrían incluso ser utilizados para comunicar sobre eventos pasados.

"Esta nueva evidencia consolida una nueva visión de que los grandes simios son especies modelo únicas y altamente deseables para mejorar nuestra comprensión del origen del lenguaje y el idioma", dijo Lameria.
De hecho, el equipo dice que los nuevos hallazgos abonan a la idea de que el lenguaje humano evolucionó gradualmente, con la comunicación entre nuestros antepasados probablemente también influenciada por factores sociales.