Melania Trump dejó la Casa Blanca el miércoles por la mañana para iniciar una nueva etapa de su vida en Palm Beach, Florida.
Los reflectores de las cámaras la siguieron hasta el último momento y a su llegada a Florida quedó documentado un nuevo desaire de la ex primera dama a su esposo, Donald Trump. 

Cuando el avión Air Force One aterrizó y Melania y Donald Trump bajaban del mismo, los reporteros les pidieron un momento para posar ante las cámaras. 
El expresidente accedió y se paró ante los fotógrafos durante unos segundos, pero Melania Trump no mostró interés y pasó de largo hacia las camionetas del Servicio Secreto. 

El video del momento fue publicado en redes sociales y se prestó a todo tipo de opiniones. Una gran mayoría de usuarios argumentó que Melania Trump probablemente está cansada y harta de la atención mediática por lo que es totalmente válido que ignore las cámaras. 
Otros destacaron que abraza una nueva vida, pues cambió su muy formal conjunto de Chanel por un colorido vestido Gucci. También cambió sus tacones Christian Louboutin  por unos cómodos zapatos planos. 

El matrimonio de Melania y Donald Trump ha dado para escribir miles de páginas en libros y aún más mensajes en redes sociales y sitios de internet. Pocas veces son vistos compartiendo expresiones de cariño entre ellos y las sonrisas ocasionales no siempre parecen genuinas. 
Aunque mucho se ha especulado sobre su relación, Melania Trump dijo que era “fuerte” y sabía cuáles eran sus prioridades como primera dama, cuando se le cuestionó sobre una supuesta crisis de pareja. 

Lo cierto es que, a lo largo de su estancia en la Casa Blanca, se viralizaron momentos donde era indiferente o despreciaba las acciones de su esposo. 
Durante su primer viaje al extranjero como presidente, Melania desairó a Donald Trump sin importar la presencia de diplomáticos y medios de comunicación. La primera dama le dio un “manotazo” cuando éste intentó tomarle la mano, el acto quedó grabado y difundido en las redes sociales.

Melania Trump no pudo ocultar su incomodidad cuando su esposo le pidió que sonriera para las cámaras durante su visita al Santuario de San Juan Pablo II, en la Universidad Católica de América, Washington D.C. 
Las cámaras captaron el momento cuando la primera dama trató de sonreír sin mucho éxito, luego de que Donald Trump le murmurara: “¿Puedes sonreír?”. Con un semblante desencajado, la ex modelo forzó una media sonrisa para después agachar el rostro y continuar su camino.

¿Puedes sonreír? Preguntaba sin éxito el entonces presidente


Ahora los Trump iniciarán una nueva vida en Mar-a-Lago, la mansión del magnate. Está ubicada en una de las zonas más populares de Palm Beach. Tiene 128 habitaciones y 10 suites de lujo para invitados especiales.