Afganistán vive un período de incertidumbre y miedo sobre su futuro. Los talibanes ya tomaron el control de gran parte del país asiático y sus principales referentes ya están en Kabul analizando cómo gobernarán el país. Por su parte, la sociedad ha quedado paralizada sin saber cómo será su futuro mientras que miles de personas se agolpan al aeropuerto de la capital afgana en búsqueda de una vía de escape.

El cofundador y jefe negociador de los talibanes, mullah Abdul Ghani Baradar, llegó este sábado a Kabul para mantener conversaciones con miembros de su grupo y otros representantes políticos con vistas a formar un nuevo Gobierno. "Estará en Kabul para mantener conversaciones con líderes de los combatientes yihadistas y con responsables políticos para formar un Gobierno inclusivo", dijo un dirigente talibán a la agencia de noticias AFP.

El aeropuerto de Kabul se ha convertido prácticamente en un campo de refugiados en búsqueda de una salida. Atemorizados por el gobierno talibán de 1996 a 2001, decenas de miles de afganos pidieron a países occidentales un pasaje de escape. Reino Unido confirmó que al menos siete personas murieron en el caos del aeropuerto. Se desconoce el motivo de deceso.

Varios países europeos confirmaron que será imposible evacuar a todos. Estados Unidos, por su parte, confirmó que evacuará a 15.000 estadounidenses y entre 50.000 y 60.000 afganos que necesitan ser evacuados, según el gobierno de Biden, que describió este puente aéreo como "de los más difíciles de la historia".

Por otro lado, la economía afgana sufre la ocupación talibán debido a la incertidumbre. Los precios de los artículos aumentaron paulatinamente en Kabul y los bancos permanecen cerrados desde la entrada de los talibanes en la capital de Afganistán la semana pasada.

El pago de los salarios a los funcionarios y al resto de empleados de organizaciones privadas están paralizados, lo que ha dejado a miles de personas en el limbo.

El presidente del Banco Central de Afganistán dijo esta semana que el país tiene una reserva monetaria de unos 9.000 millones de dólares pero todo en el extranjero, y advirtió que la cantidad de dólares físicos en su territorio es "cercana a cero".