El Premio Nobel de física fue otorgado este martes 5 de octubre a Syukuro Manabe, Klaus Hasselmann y Giorgio Parisi “por sus innovadoras contribuciones a nuestra comprensión de los sistemas físicos complejos”.

El premio fue dividido en dos partes; por un lado Manabe y Hasselmann fueron galardonados “por la modelización física del clima de la Tierra, la cuantificación de la variabilidad y la predicción fiable del calentamiento global”, mientras que Parisi ganó la otra mitad del premio “por el descubrimiento de la interacción del desorden y las fluctuaciones en los sistemas físicos desde la escala atómica hasta la planetaria”.

La Academia Sueca de Ciencias explicó que el Manabe, meteorólogo japonés, demostró cómo el aumento de las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera provoca un incremento de las temperaturas en la superficie de la Tierra.

En la década de 1960, dirigió el desarrollo de modelos físicos del clima de la Tierra y fue el primero en explorar la interacción entre el equilibrio de la radiación y el transporte vertical de las masas de aire. Su trabajo sentó las bases para el desarrollo de modelos climáticos.

Una década después, Hasselmann, oceanógrafo y modelador climático de origen alemán, creó un modelo que relaciona el tiempo y el clima, respondiendo así a la pregunta de por qué los modelos climáticos pueden ser fiables a pesar de que el tiempo sea cambiante y caótico.

También desarrolló métodos para identificar señales específicas, huellas dactilares, que tanto los fenómenos naturales como las actividades humanas imprimen en el clima. Sus métodos han servido para demostrar que el aumento de la temperatura de la atmósfera se debe a las emisiones humanas de dióxido de carbono.

En la década de 1980, Parisi, físico italiano, descubrió patrones ocultos en materiales complejos desordenados. Sus hallazgos son una de las contribuciones más importantes a la teoría de los sistemas complejos.

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Estos sistemas permiten entender y describir muchos materiales y fenómenos complejos diferentes y aparentemente totalmente aleatorios, no sólo en física sino también en otros ámbitos muy diferentes, como las matemáticas, la biología, la neurociencia y el aprendizaje automático.

El premio es el segundo de la temporada después del de medicina, que el lunes reconoció a dos especialistas en el sistema nervioso y el tacto, los estadounidenses David Julios y Ardem Patapoutian.