El sociólogo chileno Ricardo Balladares visitó los estudios de los SRT y habló sobre el nuevo Chile que se viene, no sólo con la asunción del nuevo presidente Gabriel Boric este viernes 11 de marzo, sino también con la nueva constitución que debería presentarse durante 2022.

Balladares es asesor parlamentario y también del convencional constituyente Hugo Gutiérrez, o sea que está en la cocina de las discusiones sobre un nuevo texto que reemplace a la constitución actual, que viene de la dictadura de Augusto Pinochet. 

Algunos de los puntos salientes que llaman la atención de este lado de la cordillera es la aprobación de algunos artículos como la plurinacionalidad del Estado chileno, su regionalización y también la igualdad de género en todos los niveles.

En cuanto a la Plurinacionalidad, es un punto muy importante porque reconoce los derechos de los pueblos preexistentes al Estado, un gran capítulo que luego deberá llenarse con artículos que lleven a la práctica este reconocimiento, en materia de educación, idioma, administración, etc. Sobre todo, cobra importancia por el conflicto histórico en la Araucanía con el pueblo-nación mapuche, un conflicto que se ha endurecido en los últimos tiempos, durante el gobierno de Sebastián Piñera. Pero también son importantes las reivindicaciones de los pueblos del norte, sobre todo coyas y aymaras.

En cuanto a la regionalización del Estado chileno, es importante la descentralización de un Estado que seguirá siendo unitario, pero con ciertas autonomías regionales. Concretamente, las regiones (equivalentes a nuestras provincias) podrán elegir democráticamente gobernadores, con amplias atribuciones. Históricamente quien gobernaba las regiones era un delegado elegido a dedo por el presidente de la nación. Desde hace un par de años existe la figura del gobernador electo, pero con muy pocas atribuciones y poder concreto.

Otro tema que comentó Balladares fue el de la igualdad de géneros en los organismos y empresas estatales. Ya no sólo ley de cupos en órganos colegiados y sobre todo legislativos, como existe en la Argentina, sino mucho más que eso. En la nueva constitución se plantea un piso del 50 por ciento para mujeres en todos los organismos estatales, incluido el máximo tribunal de justicia, que ya no se llamará Corte Suprema sino Tribunal Superior de Justicia.