El hemisferio norte viene sufriendo una ola de calor récord. De este a oeste, casi, sin excepciones, desde el mismo comienzo del verano boreal en junio, diversos episodios han marcado hitos en los termómetros y generado una larga lista de consecuencias: incendios, sequías extremas, fallecimientos muy por encima de las medias habituales, temperaturas récords en todo el mundo.

Probablemente el reflejo en las noticias de los daños estructurales que el calor puede provocar sobre todo tipo de construcciones sea escaso, porque la mayoría de las veces se trata de procesos ocultos y subterráneos. Pero el cemento es muy suceptible a los cambios de temperatura.

Puede alargarse o encogerse dependiendo de si la temperatura sube o baja. En general, el coeficiente de dilatación está entre 0,008 mm y 0,012 mm por cada metro de longuitud y por cada grado centígrado de cambio en la temperatura. O sea, para ponerlo sencillo, una losa de concreto de 10 metros de longitud se puede dilatar o contraer entre 2 y un poco menos de 3 mm si el cambio de temperatura en el concreto es de 20 grados centígrados según consigna un sitio especializado en el tema. 

Así las cosas, no sorprende que una cámara haya captado el preciso instante en el que un puente de apenas 20 años de antigüedad literalmente reviente en medio de la ola de calor en Quanzhou, China. Ese día, el último 23 de Julio, la región alcanzó el récord de 40 °C (equivalente a 104 grados en la escala de Fahrenheit), después de varios días de intenso calor. Y el puente no lo resistió.

Tweet de NowThis

Responsable: ¿"La Niña" o los seres humanos?

Detrás de todos estos fenómenos parece estar presente el fenómeno de “La Niña” que se estira desde 2020 creando condiciones para que, junto a tremendas sequías, una buen aparte del mundo se mantenga sometido a temperaturas extremas.

El último boletín disponible de la Organización Meteorológica Mundial señala que el fenómeno "Niña" se extenderá por lo menos hasta fines de agosto, por lo que no debería sorprendernos tener una primavera y veranos con fenómenos parecidos a los que se viven hoy en el hemisferio norte. 

Pero queda gente que insiste con que el cambio climático no existe.