Olas de calor dramáticas envuelven la mitad norte del planeta: el mapa de máximas pronosticadas muestra que nada se salva: desde el extremo este de China, pasando por Europa y el suroeste de Estados Unidos y bien hasta su centro; solo parecen salvarse la costa este y una pequeña porción del Atlántico, hasta las Islas Canarias.
El resto arde en un fenómeno que no  es nuevo pero si mucho más intenso.

El País de España recoge la opinión de Cayetano Torres, jefe de comunicación de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet): “Esto es una barbaridad”; opinión harto trillada pero demasiado cierta.
Es que, como señala esa crónica hay avisos rojos ―riesgo extremo, el máximo― en Andalucía y Extremadura por temperaturas de 44°; nuestra hermana mayor, la Córdoba que baña un seco Guadalquivir, espera hasta 43 °C.

Toda España, salvo Canarias, ha sido puesta en alerta naranja por calor, el segundo de los tres existentes en 32 provincias de las comunidades de Aragón, las dos Castillas, Cataluña, Madrid, Navarra, País Vasco, La Rioja y Comunidad Valenciana; y amarillo ―el más bajo del sistema ― en Asturias, Baleares, Cantabria y Murcia.

Los climatólogos españoles dicen que hay que esperar a que termine para decidir cómo ranquearla, pero por ahora compite con la de agosto del año pasado, primera en el ranking, y con la segunda peor, la de junio de 2019.
En el referido artículo de El País, Torres apunta a que es “una ola tremendamente persistente, ya que empezó el 7 de julio con temperaturas superiores 40° y todo apunta a que se prolongará bastante”.

Al otro lado de la frontera, en Portugal, las temperaturas superaron los 44 ° C el fin de semana pasado, alimentando incendios forestales, con grandes nubes de humo visibles en la capital, Lisboa. 

“En los próximos días experimentaremos condiciones de máximo riesgo”, dijo el primer ministro, António Costa. “El más mínimo descuido en la vigilancia podría resultar en un incendio de proporciones significativas”.

En la Ruta de la Seda

Ayer a la tarde, al menos 86 ciudades chinas en las partes este y sur del país habían emitido alertas de calor. Los meteorólogos chinos pronosticaron que las temperaturas en algunas ciudades superarán también los 40 °C.

Shanghái es la ciudad más poblada de China con 25 millones de habitantes. Desde que comenzaron a registrarse en 1873, Shanghái tuvo solamente 15 días con temperaturas superiores a los 40 °C. Hoy seguramente será el decimosexto.

The Guardian cronica hoy sobre los tres “hornos” chinos, las ciudades más famosas por sus veranos extremadamente calurosos: Nanjing, Chongqing y Wuhan, hoy famosa por considerarse la ciudad de origen de la Covid-19.
En ellas los funcionarios están abriendo los refugios subterráneos antiaéreos desde el domingo para que la población se refugie del calor, equipada con wifi, libros, agua e incluso hornos de microondas.

Cruzando el pacífico

En los EE. UU., las áreas del suroeste y el centro experimentaron calor extremo, con 42,2 °C en Waco, el mayor  entre más de una docena de récords de temperatura máxima diaria que se batieron el fin de semana en ciudades de Texas, Colorado, Oklahoma y Arkansas.

Igual que en el resto del hemisferio norte, la ola de calor arrancó muy temprano este año, con una secuela de sequías, incendios y crisis en el sistema eléctrico, que no da abasto para cubrir la sobrecarga en la demanda.
Se pronostica que las temperaturas en Texas descenderán para el final de la semana mientras aumentan en Arizona, alcanzando los 45°C en la capital del estado, Phoenix, el viernes.

Con estos antecedentes, parece evidente que en el Hemisferio Sur, debemos prepararnos para un verano récord.