El Centro de Electrónica Orgánica de la Universidad de Newcastle desarrolló una tecnología patentada utilizando polímeros orgánicos que capturan la energía solar y conducen la electricidad, reemplazando las matrices de silicio que se utilizan hoy en los paneles tradicionales.

Con impresoras comunes estos polímeros orgánicos líquidos pueden aplicarse sobre láminas de material, como se aplica tinta sobre papel, para crear un panel solar de solo 0,075 milímetros de espesor que se puede pegar, con cinta adhesiva especial, a una variedad de superficies, incluidas bases flexibles como paneles plásticos o láminas delgadas de metal.

La tecnología está a un par de años de su plena comercialización y el profesor Dastoor, desarrollador de la Universidad de Newcastle y jefe del equipo de esta innovación, dijo que ahora se está "preparando para construir la primera fábrica para producir energía solar impresa en Australia". Esta planta piloto producirá cientos de metros cuadrados de paneles solares y servirá para la siguiente etapa en la que deberían producirse miles de metros cuadrados.
"Estamos en el proceso de obtener fondos para pasar a la siguiente escala de producción", dijo.

El primer proyecto de demostración de energía solar impresa está alimentando una pantalla de luces en el centro de la ciudad de Lane Cove en la costa norte de Sydney, con paneles pegados en el techo de una pasarela cubierta que alimenta toda la instalación. 

La nueva tecnología aplicada a alimentar un refugio urbano en Lane Cove, al norte de Sydney. Imagen: Universidad de Newcastle

El profesor Dastoor dijo que, en un futuro cercano, la tecnología solar impresa podría desarrollarse para adaptarse a casi cualquier superficie para alimentar la iluminación urbana, las bombas de agua en los costados de las carreteras, los refugios contra desastres, las caravanas y los equipos para acampar, e instalarse en cualquier cosa, desde persianas inteligentes para edificios residenciales hasta cubiertas flotantes para presas y piscinas, cubiertas de invernaderos o incluso velas de yates.

"Imagínese un mundo donde todos tengan acceso a la electricidad y donde cada superficie pueda generar energía limpia, de bajo costo y sostenible a partir del sol", dijo el profesor Dastoor.

Pros y contras

Las ventajas del sistema son significativas: tienen un costo de producción de 10 dólares por metro cuadrado, unas 10 veces menos que los paneles existentes; por otra parte, hay un ahorro importante en las estructuras necesarias para soportarlos porque pesan muy poco en comparación con la energía solar clásica para techos: son unos 15 kilogramos menos de carga por metro cuadrado.
 

Hasta ahí se suman los beneficios: la energía solar impresa es mucho menos eficiente y duradera que las tecnologías establecidas.
Los paneles solares impresos duran solo dos años y brindan solo el 2 por ciento de la eficiencia de los paneles de techo, que están construidos para durar unos 20 años.

El profesor Dastoor dijo que su equipo había calculado que, para ser competitivo, su tecnología solar impresa necesitaba ofrecer una vida útil de tres años y operar al 3 por ciento de la eficiencia de la tecnología existente, lo que dijo se logrará "dentro de los próximos dos años".