El papa Francisco arribó a Budapest, Hungría, como primer destino para una gira de cuatro días en Europa Central.

Francisco advirtió sobre "la amenaza del antisemitismo que todavía serpentea en Europa y en otros lugares", y afirmó que "es una mecha que hay que apagar".

"La mejor forma de desactivarla es trabajar en positivo juntos, es promover la fraternidad", agregó el líder religioso católico, firme defensor del diálogo interreligioso.

El Sumo Pontífice se reunió con líderes cristianos y judíos. "Ustedes, judíos y cristianos, desean ver en el otro ya no un extraño, sino un amigo; ya no un adversario, sino un hermano", agregó.